El Ayuntamiento de Sevilla ha iniciado los trabajos de conservación del monumento a San Fernando, en la Plaza Nueva, con el montaje estos días de los andamios alrededor de su imponente pedestal. La escultura del rey santo a caballo presenta algunos síntomas de deterioro que han obligado a realizar una «sencilla intervención» con carácter de mantenimiento para «frenar la degradación y preservarla en las mejores condiciones».
El hecho que sean un monumento situado en la vía pública unido a la «lógica pérdida de las soluciones conservativas» aportadas en la última restauración realizada en 2011, explican que la obra se encuentre en un «deficiente estado de conservación». En cuanto al pedestal, si bien tanto el granito como la caliza y el mármol son piedras metamórficas y por tanto «muy duras y poco porosas», no ocurre así con la arenisca empleada en la ejecución de las esculturas de los distintos personajes vinculados con la reconquista de la ciudad que es «muy blanda y muy porosa», lo que «favorece su disgregación», destaca el proyecto de intervención.
En el caso del bronce, la lluvia junto a la contaminación urbana de Sevilla con presencia de zufres, amoniacos y partículas metálicas producidas por la concentración de hidrocarburos son las principales causas de los daños, en especial «corrosión superficial del metal y generación de pátinas que no siempre son buenas». Su deterioro también deriva de la deyección de las palomas que habitan en su entorno y la existencia de grafitis.
En este sentido, el pedestal presenta algunas fisuras y líquenes, esto equivale a la «presencia de hongos y bacterias asociadas», que de forma generalizada «proliferan más en las zonas orientadas al Norte y Este del monumento». Como consecuencia de su exposición a la intemperie, la estatua ecuestre de San fernando presenta suciedad, en especial en algunas zonas y huecos, «en forma de polvo asentado y deyecciones de aves». No obstante, el bronce no presenta «serias patologías.
Los técnicos responsables del citado proyecto contemplan para el pedestal la eliminación de residuos adheridos «sin erosionar o alterar las superficies» mediante limpieza mecánica y química, así como la aplicación de tratamientos biocida y de consolidación en las esculturas de piedra arenisca. Del mismo modo, se subsanarán las «pequeñas fisuras» y los bordes que estén deteriorados «se repondrán con morteros». Asimismo, «no están previstas las reintegraciones salvo que se detecten oquedades cuya presencia supongan un riesgo para la piedra por la posibilidad de entrada de agua». En la zona inferior del pedestal, más expuesta a actos vandálicos, se aplicará un hidrofugante especial.
En lo que a la escultura ecuestre respecta, se procederá a una limpieza superficial, un tratamiento de eliminación e inhibición de la corrosión y la instalación de medidas «antiposamiento de aves» mediante bandas dobles de policarbonato con púas de acero inoxidable.