El juicio con jurado popular que se lleva a cabo en la Audiencia de Sevilla contra el exdirector de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), Fernando Villén, y la exdirectora económico-financiera de la entidad, Ana Valls, por los pagos realizados en clubes de alterne con tarjetas bancarias de la Faffe, llega a su etapa final con la sesión de conclusiones e informes finales de las partes involucradas.
Durante la primera jornada del juicio, Fernando Villén admitió haber utilizado su tarjeta corporativa de la Faffe para cubrir gastos en prostíbulos, aunque aclaró que esto ocurrió en «diez ocasiones» a lo largo de los «más de 2.700 días» que estuvo al frente de la institución. Sin embargo, Villén afirmó que siempre fue consciente de que debía reembolsar el dinero a la Faffe por estos gastos «injustificables» y que lo hizo en todas las ocasiones, utilizando su propio dinero para cubrir los cargos.
Por su parte, Ana Valls, exdirectora financiera de la entidad, aseguró que antes de que estos hechos salieran a la luz pública, no tenía conocimiento de los gastos mencionados y que ella y el resto del personal de la Faffe se sintieron avergonzados por el asunto.
Durante el juicio, un agente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, encargado de la investigación, declaró como testigo y reveló que las pesquisas de su equipo revelaron que Fernando Villén cargó 32.566 euros en gastos de prostíbulos en su tarjeta corporativa de la Faffe, de los cuales 14.737 euros se gastaron en una sola noche en el club Don Ángelo de Sevilla.
Según la Guardia Civil, estos 15 pagos fueron posteriormente anulados, y Villén entregó una cantidad similar en efectivo a su chófer oficial de la Faffe para saldar la deuda con el responsable del club de alterne. Esto coincide con la extracción de 6.300 euros en efectivo de las cuentas de la Faffe, presuntamente para cubrir parte de esa deuda.
La UCO sostiene que los acusados utilizaban la tarjeta de la Faffe en prostíbulos y luego realizaban asientos contables para aparentar una devolución, aunque no se ha encontrado documentación que respalde dichos reembolsos. Además, se cuestiona la autenticidad de una factura de 2.000 euros relacionada con un almuerzo en la caseta de Feria de UGT en 2008, ya que se sospecha que fue inflada para compensar otros gastos personales de Villén.
En el juicio también han testificado el responsable de la caseta de Feria de UGT y un auditor de cuentas contratado para las auditorías anuales de la Faffe. El perito económico ha señalado que la mencionada factura cumple los requisitos legales, pero carece de ciertos detalles explícitos. El responsable del club Don Ángelo de Sevilla, sin embargo, no ha comparecido como testigo a pesar de estar citado en dos ocasiones.
