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Absuelto uno de los acusados de secuestro y los demás admiten detención ilegal y aluden la cárcel

La Audiencia de Sevilla llegó a un acuerdo de conformidad este lunes en el juicio contra una decena de acusados, a quienes la Fiscalía les imputaba los delitos de secuestro, detención ilegal y lesiones, solicitando una pena de once años de prisión. Uno de los tres hermanos implicados fue absuelto por completo, ya que la acusación particular y la Fiscalía retiraron los cargos en su contra. El resto de los acusados admitieron la comisión de dos delitos de detención ilegal y un delito leve de lesiones, y aceptaron una pena de un año y nueve meses de cárcel cada uno, con la condición de que las penas quedaran suspendidas si no volvían a delinquir.

Según el escrito inicial de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, los acusados son Guillermo, Ignacio y Álvaro G.R. (este último absuelto), José Manuel D.A., David B.B., José Antonio V.C., Abraham J.B., Antonio M.B., Jonatan C.B. y los hermanos Manuel y José H.I., varios de ellos con antecedentes penales.

El Ministerio Público detalla que alrededor del 14 de agosto de 2018, Guillermo G.R. contactó con dos hombres para llevar a cabo, junto con otras personas desconocidas, un intercambio de billetes de pequeña denominación por billetes de 500 euros, con el objetivo de obtener una comisión. La cantidad a intercambiar se estimaba en unos 180.000 euros. Todos ellos, junto con José Manuel D.A., acudieron a la vivienda de uno de los implicados en Condequinto (Dos Hermanas) para llevar a cabo la operación, pero las personas con las que iban a realizar el intercambio les robaron violentamente el dinero y los mantuvieron encerrados en el lugar.

Según la Fiscalía, Guillermo G.R. y José Manuel D.A., una vez que lograron escapar, sospechando que dos de los hombres con los que acudieron al intercambio podrían estar implicados en el robo, obligaron a los mismos a ir a un local de Dos Hermanas, propiedad del primero, donde exigieron a uno de ellos que devolviera el dinero. Los coaccionaron a llamar a su esposa para informarle de que lo tenían «retenido» y que no lo liberarían hasta que pagara la cantidad reclamada o entregara las escrituras de su vivienda como compensación, si no quería sufrir daños.

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