El Cabildo Catedral de Sevilla completará esta semana la instalación de las dos vidrieras restauradas de Arnao de Flandes (1554), tituladas ‘La Resurrección de Lázaro’ y ‘María Magdalena unge los pies de Cristo’. Estas vidrieras se encuentran ubicadas en las capillas de Las Doncellas y los Evangelistas, como parte del plan director de conservación preventiva de las vidrieras de la Catedral.
La restauración de estas dos piezas del siglo XVI se llevó a cabo debido a su «estado deficiente», «daños severos» y el riesgo inminente de desprendimiento de pintura. La propuesta de restauración fue evaluada y aprobada por la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía, que la consideró adecuada en términos de análisis, diagnóstico, así como en los criterios, metodología y procedimientos de restauración y conservación, según consta en las actas publicadas y consultadas por Europa Press.
Estas dos vidrieras, numeradas como la 43 y la 44 de la Catedral de Sevilla, presentaban problemas de conservación, como la pérdida de la capa de pintura y fragmentos de vidrio resquebrajados. Además, el revestimiento de pintura mostraba un estado deficiente. La exposición a las inclemencias del tiempo, como el viento, la lluvia y el sol, había causado daños significativos en la fijación de estas estructuras. Se llevó a cabo un análisis del estado del esqueleto de plomo de las vidrieras debido a algunas deformaciones importantes. Asimismo, existía un riesgo inminente de desprendimiento de algunas lascas de pintura, según las fuentes consultadas.
Arnao de Flandes, vidriero que trabajó en la Catedral a partir de 1534, colaboró con su hermano Arnao de Vergara antes de que este último se trasladara a Granada. La Catedral describe en su página web que en sus creaciones, Arnao de Flandes introdujo un cambio en la forma de entender la composición y proporción de las figuras, manteniéndose cercano, especialmente en sus primeras obras, a las figuras armónicas y equilibradas del clasicismo anterior, que luego se transformaron en el manierismo característico de la mayoría de sus realizaciones.
Las vidrieras de la Catedral de Sevilla constituyen uno de los conjuntos más extensos, homogéneos y mejor conservados de las catedrales españolas. Las 88 vidrieras conservadas son un «magnífico capítulo» para conocer la historia de esta técnica en la península ibérica desde el siglo XV hasta el XX. La forma de las ventanas y la iconografía de sus superficies corresponden a los diferentes encargos y etapas constructivas del edificio. Los vanos de la mitad occidental del templo y de la nave central son más amplios que los situados desde el crucero hasta la cabecera.
