Un equipo de investigación de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, ubicado en el Parque Científico Tecnológico Cartuja (Sevilla), el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos de Castilla la Mancha, el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y la Universidad de Konstanz de Alemania, han desarrollado un mapa que cubre más de mil kilómetros de distancia con los movimientos que realiza la cigüeña blanca desde el norte de España a Marruecos.
La Fundación Descubre ha añadido en una nota de prensa que las conexiones establecidas entre distintos hábitat resultan visibles en el intercambio de contaminantes y seres vivos que pueden afectar perjudicialmente a ciertos entornos.
El estudio ofrece datos geográficos y cuantitativos exactos que ayudan a entender cómo los movimientos de las aves afectan a la dispersión de materiales tóxicos y organismos con potencial patógeno o invasor. En el artículo ‘White stork movements reveal the ecological connectivity between landfills and different habitats’ publicado en la revista Movement Ecology los investigadores presentan el mapa con el que se podrán mejorar los planes de gestión para evitar la propagación de contaminantes en áreas naturales por causa de la cigüeña blanca.
Los datos de movimiento de cigüeñas marcadas con GPS están disponibles en Movebank, una plataforma internacional en línea donde se registran datos sobre movimientos de animales por todo el mundo. Además el mapa interactivo puede descargarse en un archivo comprimido.
Por su parte, el investigador de la Estación Biológica de Doñana Cosme López, autor del artículo, ha indicado que «nuestro enfoque de teoría de redes cuantifica cómo las cigüeñas se mueven desde los vertederos a diferentes hábitat terrestres y acuáticos» y en este sentido ha añadido que «esto tiene implicaciones para la conservación de la biodiversidad y el bienestar humano».
Además, ha continuado López, «mediante estas conexiones, las cigüeñas pueden facilitar la acumulación de plásticos y otros contaminantes en humedales, hábitat de especial interés en conservación».
La investigación ha analizado los movimientos de más de un centenar de cigüeñas, definiendo sus rutinas. Las aves acuden a vertederos urbanos como fuente de alimento inagotable durante todo el año. El problema principal es que de los desechos humanos no solo toman nutrientes, sino que con ellos se llevan parásitos, bacterias y genes resistentes a antibióticos. También objetos, como metales, plásticos, fibras textiles y vidrios.
Los investigadores han podido encontrar estos objetos dentro de egagrópilas, que son pelotas regurgitadas por las cigüeñas con restos que no pueden digerir. De ahí que se puedan localizar contaminantes procedentes de lugares lejanos en los hábitat de descanso.
Además, según ha extraído el estudio, muchas de estas aves han cambiado los humedales naturales por cultivos de arroz, piscifactorías o salinas para descansar y alimentarse. De esta manera, las cigüeñas conectan las fuentes de contaminación con lugares para producir alimentos, algo que, según los investigadores, hay que tener en cuenta para prevenir la transmisión de resistencia a los antibióticos y la acumulación de microplásticos en nuestros alimentos.
Para el desarrollo del mapa, los investigadores combinaron un conjunto de datos GPS con una capa de la superficie terrestre con 110 nodos. Cada uno de estos nodos constituye una localización geográfica con un tipo de hábitat particular, mientras que las conexiones entre nodos se corresponden con vuelos directos de las cigüeñas. De esta manera, concluyeron que los vertederos son puntos clave en la conectividad que realizan las cigüeñas blancas.
Al mismo tiempo, dichos expertos utilizaron Exponential Random Graph Models (ERGM), un modelo estadístico con el que se establece la probabilidad de que un mismo patrón se reproduzca en una red. Esta técnica es muy útil para entender cómo las interacciones entre los distintos nodos de una red influyen en la estructura general y para identificar los factores que crean los patrones de conexiones. Así, si se observan cambios concretos de comportamiento se puede prever cómo afectará a los demás movimientos.
Asimismo, los investigadores proponen continuar los estudios profundizando en el material transportado entre los distintos hábitat para conocer con exactitud el alcance en la transmisión de contaminantes, posibles especies invasoras y patógenos que puedan afectar a los ecosistemas enlazados.
Este estudio se ha financiado mediante ‘Aves acuáticas como vectores de plásticos y nutrientes entre vertederos y humedales andaluces’, de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, y los proyectos ‘Diseminación de la resistencia antibiótica y antibióticos en los ecosistemas acuáticos e influencia en la ganadería y la vida silvestre acuática’ y ‘Dispersión de plantas en Europa por endozoocoria a través de las aves acuáticas: su papel en el establecimiento de poblaciones de plantas y la conectividad entre ellas’, del Ministerio de Ciencia e Innovación.