La delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, María Luisa Cava, junto con la alcaldesa de San Juan de Aznalfarache, María Luisa Moya, han visitado este lunes la escuela de verano en el CEIP David Peña Dorantes. Posteriormente, junto con el alcalde de Pilas, José Leocadio Ortega, han visitado la escuela de verano ubicada en la Escuela Municipal de Música. Cava ha señalado que en este programa participarán en toda la provincia de Sevilla un total de 849 menores de entre 3 y 16 años, pertenecientes a zonas desfavorecidas, a través de 16 escuelas de verano.
Las escuelas de verano se encuentran este año en los municipios de Las Cabezas de San Juan, Dos Hermanas, San Juan de Aznalfarache, Pilas, Utrera y Sevilla. En total, en toda Andalucía se han puesto en marcha más de 130 escuelas que atienden a más de 7.300 menores. Estas escuelas de verano, que funcionan durante los meses de julio y agosto, atienden a niños pertenecientes a familias con dificultades económicas o en situación de riesgo de exclusión. El programa, que cuenta con cinco millones de euros a nivel andaluz a través del Plan Corresponsables, tiene como objetivo garantizar tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y merienda) más un tentempié a media mañana, así como desarrollar actividades socioeducativas y de ocio para permitir la conciliación familiar y laboral.
La delegada territorial ha destacado que las escuelas de verano «permiten reforzar la atención a la infancia y adolescencia más vulnerable de la provincia». Además, recordó que el Plan de Garantía Alimentaria (Syga) para escolares en situación de riesgo de exclusión social finaliza cuando termina el curso escolar, por lo que las escuelas de verano permiten dar continuidad a una alimentación equilibrada y saludable durante el verano.
«Con las escuelas de verano, mantenemos este programa alimentario, pero también ofrecemos actividades lúdicas, de refuerzo educativo y de valores, e incluso pueden servir para detectar cualquier riesgo entre los menores», explicó María Luisa Cava, quien defendió la necesidad de programas como este para ayudar a estos menores y sus familias a salir de la situación de vulnerabilidad. Las escuelas de verano también son un recurso que permite la conciliación familiar y laboral para los padres que trabajan, pero también son una ayuda para aquellos que están buscando empleo o formándose para conseguirlo.
Cabe destacar la profesionalidad y el compromiso de las entidades que organizan estas escuelas, lo cual es fundamental para el buen desarrollo de los más pequeños. En el caso de San Juan de Aznalfarache, la entidad gestora es el Instituto Romano, y en Pilas, Alborada.