Manchester City y Sevilla, ganadores de la Champions y la Europa League respectivamente, se enfrentarán el miércoles en la final de la Supercopa de Europa. Este partido coronará al nuevo «Supercampeón» continental, con los ingleses presentando su poderosa plantilla y estilo de juego total, a pesar de algunas bajas importantes. Por otro lado, los sevillanos, ya poseedores de este trofeo en su historial, llegan como sorprendentes contendientes guiados por su fe y determinación.
Tras el inicio de la mayoría de las ligas nacionales el pasado fin de semana, el escenario continental también cobra vida con el primer título europeo de la temporada. Siguiendo la tradición veraniega, los campeones de la Liga de Campeones y la Liga Europa se enfrentan para dar inicio a las competiciones de la UEFA de la manera más desafiante, aunque el trofeo en juego se encuentra en una etapa temprana, con los equipos aún en su período de pretemporada y atentos al mercado de fichajes.
Aunque rodeada de una atmósfera algo menos intensa debido a su cercanía con la pretemporada, esta Supercopa sigue siendo un título significativo y una oportunidad valiosa para fortalecer el historial y aumentar la confianza de cara al comienzo de la temporada. Esta será la primera participación del Manchester City en la Supercopa de Europa, después de haber conquistado la Liga de Campeones en junio pasado al vencer al Inter de Milán por 1-0 en la final de Estambul.
El equipo inglés, liderado por Pep Guardiola durante los últimos siete años, finalmente logró su ansiado éxito continental, a pesar de las dificultades que había enfrentado previamente. Aprovechando su amplia y versátil plantilla, estas cualidades serán sus principales ventajas en el encuentro de este miércoles, lo que les permitirá crear múltiples oportunidades en el campo, con la amenaza constante de Haaland como su principal arma.
El gigante noruego ya demostró su capacidad al anotar un doblete en la victoria por 3-0 sobre el Burnley en la primera jornada de la Premier League. Aunque tuvo un comienzo doméstico exitoso, el equipo sufrió un tropiezo en la final de la Community Shield, donde cayó en la tanda de penales ante el Arsenal. Sin embargo, esta victoria liguera tuvo un costo significativo para el City, ya que Kevin de Bruyne, una pieza clave en la creación del equipo, sufrió una lesión que lo mantendrá fuera de las canchas durante cuatro meses.
Pero el desafío de Guardiola no termina aquí, ya que Bernardo Silva y Rúben Dias tampoco estarán disponibles para el partido. Estas ausencias podrían abrir la puerta a los recién llegados Kovacic y Gvardiol. En el centro del campo se espera la presencia de Rodri Hernández y Foden, mientras que el ataque temible podría estar compuesto por Grealish, Julián Álvarez y Haaland.
Enfrentando este poderoso once estará el Sevilla, que sobre el papel no es considerado el favorito para ganar el título. Sin embargo, la historia y el impresionante historial del club en la Liga Europa pueden influir en el resultado. El Sevilla ha demostrado ser un equipo que se levanta ante desafíos y el miércoles tendrá la oportunidad de reafirmar su estatus como un grande en el panorama continental.
El Sevilla ha tenido una pretemporada positiva y productiva, jugando más del doble de partidos que el City y llegando así más preparado al duelo. Aunque el encuentro contra el equipo inglés será su primer examen de verdadero nivel, los sevillanos han demostrado en el pasado que su modestia puede traducirse en buenos resultados.
De hecho, Mendilibar asumió el cargo de entrenador con el objetivo de mantener la categoría, y finalmente llevó al Sevilla a su séptima victoria en la Liga Europa. Este logro incluyó enfrentamientos exitosos contra equipos como el Manchester United, la Juventus y la Roma, y culminó en una emocionante final que ganaron en la tanda de penales.
Mendilibar, en su segunda final en poco más de dos meses, afrontará algunas bajas en Grecia, sobre todo la de Fernando Reges debido a una indisposición, además de las ausencias de Marcao y Nianzou en la defensa. A pesar de esto, el entrenador tendrá a su disposición un equipo ambicioso, similar al que ganó la Europa League, con la esperanza de emular el éxito del Sevilla que en 2006 se llevó su única Supercopa de Europa. En esa ocasión, el Sevilla venció 3-0 al Barcelona de Rijkaard, Ronaldinho, Eto’o y Messi. Desde entonces, el equipo ha perdido seis finales de la Supercopa continental (2007, 2014, 2015, 2016 y 2020), incapaz de superar la etiqueta de favorito que sus oponentes le han otorgado.
