Dentro del despliegue de la operación verano, como es habitual cada año, la Policía Nacional ha realizado en Sevilla la detención de 12 individuos georgianos, integrantes de tres redes delictivas especializadas en robos domiciliarios. Estas organizaciones temporales habían establecido su base en diversos establecimientos hoteleros de la ciudad con motivo de la temporada estival.
La desarticulación de estas tres bandas perfectamente estructuradas se llevó a cabo en cuatro operaciones coordinadas. Tres factores claves contribuyeron al éxito de esta acción: la colaboración ciudadana, las medidas preventivas policiales y las labores de investigación propias de la fuerza policial, según informa la Policía Nacional.
Desde 2013, se empezó a observar la presencia intermitente en la ciudad de grupos conformados por ciudadanos de países del este, dedicados a perpetrar robos en hogares. Esta actividad aumentaba significativamente durante los períodos vacacionales, convirtiendo a Sevilla en un objetivo de estas bandas, al igual que otras ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia, que previamente habían experimentado un mayor índice de incidentes.
Hasta hoy, esta dinámica persiste, lo que conlleva un aumento en la vigilancia policial durante ciertos períodos para frenar o reducir este tipo de actividad delictiva. Hasta el momento, la operación ha resultado en la detención de 12 personas distribuidas en tres organizaciones criminales bien estructuradas, con roles definidos y un alto grado de especialización en robos en viviendas, para los cuales utilizaban predominantemente la fuerza.
Posteriormente a su detención, todos los individuos pasaron a disposición de la Autoridad Judicial, resultando en el encarcelamiento de seis de ellos.
Los grupos estaban conformados por individuos de edades comprendidas entre los 25 y los 40 años, organizados en células de 4, 3 y 2 miembros para llevar a cabo sus actividades. Elegían sus objetivos de manera aleatoria y no se identificó un patrón específico, ya que los robos no se limitaban a áreas particulares, sino que se desplazaban por la ciudad sin un rumbo aparente, entrando en todo tipo de edificios.
Su modus operandi es distintivo, y la colaboración ciudadana resulta esencial para las operaciones policiales. Estas bandas marcan previamente la puerta de una vivienda con un indicador, que puede ser un pequeño objeto plástico, un hilo de silicona o una gota de pegamento. Colocan estos marcadores en el marco de la puerta como señal para determinar si la puerta ha estado cerrada o ha sido abierta, lo que indica si la vivienda está vacía o habitada. Este método minimiza el riesgo de ingresar en una vivienda y encontrarse con el residente en su interior.
