La Fiscalía General del Estado ha detectado que «una buena parte» de los delitos de acoso escolar se perpetran mediante ciberbullying y ha advertido de las «influencias negativas» que el abuso de las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) puede generar en los menores.
En concreto, la Fiscalía ha detectado una influencia negativa en los menores por el «precoz consumo de contenidos pornográficos y por influencers que incitan a conductas autolíticas (autolesiones) o de grave riesgo para la salud».
Para la Fiscalía, «está claro» que la canalización apropiada a las conductas de violencia y acoso en el ámbito escolar «debe reconducirse, en la mayoría de los casos, mediante soluciones extrajudiciales».
No obstante, matiza que, sólo en los casos de bullying con carácter excepcionalmente grave, hay que acudir a la aplicación de los tipos penales contra la integridad moral del Código Penal.