Bajo el lema ‘Nos están matando -y lo están negando-‘, Comisiones Obreras ha salido este viernes a las calles de la capital en una manifestación con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora el 25 de Noviembre.
CCOO ha marchado desde su sede, en Cardenal Bueno Monreal, hasta el puente de Triana, donde se ha desarrollado una performance con velas en memoria de las 52 asesinadas en lo que va de año.
El secretario general de CCOO de Sevilla, Carlos Aristu, ha señalado que «esto no va de conmemorar fechas señaladas en el calendario ni de lamentar estadísticas que son dramáticas. Va de señalar y denunciar cualquier comportamiento, política o medida que contribuye a silenciar lo que sigue siendo un drama social que continúan sufriendo las mujeres de este país».
Por su parte, la secretaria de Mujer e Igualdad de CCOO de Sevilla, Pepa Bermudo, ha manifestado que «España se ha roto 1.237 veces desde 2003, una por cada mujer asesinada por su pareja o expareja. Y, en 2023, España se ha roto 52 veces, 17 veces en Andalucía. España se rompió también en el municipio de El Rubio, cuando Elia, con 17 años, fue asesinada por su pareja. Se rompió en Utrera, cuando el marido de Erica Vanessa la mató. Y se rompió en Sevilla, cuando la pareja de Maricel le arrebató su vida».
Aristu ha apuntado que «en CCOO, salimos a la calle a denunciar esta realidad social porque en Sevilla han aumentado un 20% las demandas de protección y asesoramiento entre mujeres que, probablemente, no perderán el miedo en toda su vida. Y a denunciar que solo ha habido 30 contratos bonificados a mujeres víctimas de violencia de género, lo que denota que el empresariado sevillano no se ha enterado de que tiene que dar ejemplo».
«En esta provincia hay una falta de cultura empresarial de protección de las trabajadoras que han sufrido violencia machista, una cuestión sobre la que la Confederación de Empresarios de Sevilla debería pronunciarse alguna vez», señala Aristu.
Para Bermudo, «es evidente que el machismo está aumentando y la culpa es de los discursos negacionistas y antifeministas de la ultraderecha, así como también de quienes se alían con ellos, de quienes se ponen de perfil y no tienen una postura clara y contundente contra estos discursos».