El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz (PSOE), se ha expresado este jueves de un modo tajante en cuanto al futuro del antiguo cine Cervantes de la calle Amor de Dios –cerrado desde el primer estado de la alarma por la pandemia y cuyo edificio está protegido como bien de interés cultural (BIC)– al afirmar que desde el Ayuntamiento «no dejaremos que muera» y ha planteado que una oferta de cine «singular» «sería la vía para que el Consistorio pudiera colaborar».
Así lo ha asegurado durante el Pleno municipal en respuesta a una pregunta formulada por el grupo Podemos-Izquierda Unida referida a la conservación de dicho espacio como sala emblemática de la ciudad.
«Se trata de una joya con muchos intangibles, con un pasado vinculado a los amantes del cine en nuestra ciudad y, siendo una propiedad privada, no dejaremos que desapareza», ha destacado Muñoz, al tiempo que ha recordado que la calificación que tenía el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) «garantizaba que siempre fuera un cine, pero fue tumbada a raíz de un recurso de los propietarios».
Muñoz ha avisado que si bien el edificio está protegido, «podría albergar otros usos que no fueran cinematográficos, tales como pisos u oficinas, siempre que conserven algunos elementos patrimoniales: Es complicado, pero podría ocurrir», ha abundado el regidor.
En este sentido, Muñoz ha puesto encima de la mesa dos posibles vías para que el cine Cervantes mantuviera su actividad: «su compra por parte de una administración pública, aunque esto no está en el guion y la propiedad no quiere vender, y que ofreciera alguna programación singular que permitiera arbitrar algún tipo de colaboración».
En relación a esto último, desde Podemos-IU, a través de la concejal Susana Serrano ha planteado que fuera «sede de una filmoteca» y que se pudiera visionar «cine de autor o de otros tiempos», entre otras posibilidades. Después de haber vuelto a ser sede de la entrega de los Premios Goya y constatar los crecientes beneficios que dicha industria aporta a la ciudad, «es vital evitar el cierre definitivo de la histórica sala», ha dicho Serrano.
Poco después del cierre del mencionado cine, el consejo de gobierno de la Junta de Andalucía acordó protegerlo como BIC, junto a los inmuebles de los antiguos cines Llorens y Trajano, como únicos ejemplos de las salas del siglo XIX que perduran en el centro de Sevilla y huella de los cafés de variedades, cafés-cantante y teatros-circo de la oferta lúdico cultural de la Sevilla de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.
La declaración del Cine Cervantes como BIC recuerda que su edificio fue proyectado en 1873 como Gran Teatro Cervantes por el arquitecto Juan Talavera de la Vega y señalaba especialmente que se trata de la sala de proyecciones más antigua de Sevilla; abarcando por su relevancia y vinculación con el inmueble una antigua máquina de proyectar películas situada en el elegante vestíbulo, revestido de mármol e iluminado con lámparas colgantes.
Hace tan solo unos días se presentaba una plataforma en defensa del cine Cervantes integrada por la periodista Marta Maldonado y el gestor cultural Rafael Jurado a la que ya se han adherido algunos nombres conocidos del panorama cinematográfico, que han dado su apoyo a la iniciativa.