La Fiscalía señala que quería «incendiar la vivienda y que se propagara al resto» de pisos colindantes, que estaban habitados.
La Fiscalía de Sevilla reclama once años de prisión para un varón a juzgar el día 17 de este mes en la Audiencia, por un presunto delito de incendio derivado de una deflagración que provocó en su vivienda de la capital al prender fuego a propósito «a múltiples objetos que había apilado» y a dos bombonas de gas, usando además líquidos inflamables acelerantes para la voladura, que desencadenó además un incendio en el inmueble.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, los hechos se remontan al 31 de marzo de 2023 y acontecieron en un primer piso de un edificio de viviendas de la calle Antonio de Nebrija, próxima a la Ronda del Tamarguillo de Sevilla capital, propiedad de tres hermanos entre los que figura el acusado, Jesús F.G., actualmente de casi 48 años de edad.
La tarde de aquel día, según el Ministerio Público, el inculpado «procedió intencionadamente a prender fuego a múltiples objetos que había apilado haciendo uso de líquidos inflamables acelerantes; así como a dos bombonas de gas, en una de las cuales llegó a manipular y cortar el tubo de salida del gas, con la finalidad de incendiar la vivienda y que se propagara al resto de la vivienda y colindantes que estaban habitadas, comportando un peligro para las vidas» de los moradores.
Como consecuencia de ello, según la Fiscalía, el acusado provocó «una deflagración causando múltiples desperfectos en el interior de la vivienda, tasados en 12.463 euros, que podía haberse propagado a otras viviendas habitadas y afectar a la estructura del edificio, si bien el ruido de la deflagración y el humo intenso provocado por el incendio ocasionado alertaron a los vecinos, acudiendo rápidamente al lugar bomberos y policías», efectivos que sofocaron las llamas sin que las mismas se extendiesen al resto del edificio, cuya fachada sufrió no obstante daños por valor de 665,5 euros.
La Fiscalía añade que el acusado sufre un diagnóstico de reacción a estrés agudo, «con rasgos de personalidad paranoide, que alteran moderadamente su capacidad volitiva, pero sin alterar su capacidad intelectiva», atribuyéndole un presunto delito de incendio, por el que pide para él once años de cárcel.
