Hablamos con el orfebre Manolo Casiano en su taller para conocer algunas singularidades de este oficio.
En el mundo del arte sacro encontramos diferentes oficios que se han realizado desde tiempo inmemoriales y que todavía hoy ocupan la labor profesional de algunas personas. Entre ellos, encontramos a Manolo Casiano, un joven trianero de 27 años que dedica su día a día a la producción de obras propias y a la restauración de diferentes piezas artísticas.
«El oficio de orfebre sigue en pie, pero faltan entalladores, torneros y fundidores»
Manolo Casiano revela que empezó a ejercer profesionalmente este oficio hace 7 años y que, desde entonces, ha realizado obras para «diferentes rincones de Andalucía y de España, bastantes trabajos en Italia e incluso en Estados Unidos«.
Este orfebre aprendió en el taller de Fernando Marmolejo, al que considera su maestro. Fue allí donde empezó a conocer la labor que hoy es su trabajo y asegura que «desde el primer día en el taller tenía claro que él quería dedicarse a la orfebrería«.
Es una obviedad que esta ciudad tiene grandes talleres en este gremio, pero la ilusión y las ganas de trabajar se perciben al entrar al taller de Manolo Casiano. «Gracias a Dios en Sevilla, en Andalucía tenemos orfebres espectaculares, los mejores, para mi gusto y claro, yo tengo que abrirme sitio poquito a poco en este mundo«, afirma con rotundidad Manolo.
Manolo nos confiesa que «muchísimo trabajo entra por Instagram» y es que las redes sociales juegan un papel fundamental a la hora de que, tanto particulares como hermandades, contacten y conozcan la obra de este orfebre. Sin embargo, este artesano no duda en presagiar que «dentro de unos años va a haber una crisis de oficiales porque no va a haber repujadores, entalladores, torneros o fundidores«.
«Hasta el mes de julio más o menos no puedo coger más entregas», afirma este orfebre, que trabaja día a día en crecer en este sector del arte sacro. Sin duda, la orfebrería sevillana atesora mucho talento aún por descubrir.