En este sentido, la especialista Raquel Calero Domínguez hace hincapié en la importancia de evitar el aislamiento, remarcando que «siempre hay alguien dispuesto a acompañarnos sin necesidad de festejar y esto puede ayudar a afrontar la Navidad tras una pérdida.” Evitar aislamiento evitar duelo
Se recomienda evitar el aislamiento para afrontar el duelo en Navidad tras una pérdida reciente
La Unidad de Psicooncología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, liderada por la doctora Raquel Calero Domínguez, imparte este próximo martes 17 de diciembre, a las 18,30 horas en el salón de actos del centro hospitalario, la cuarta edición del taller ‘Es Navidad y en casa hay una silla vacía. La experiencia del duelo en Navidad’, para tratar de facilitar herramientas de afrontamiento a los asistentes en duelo estas navidades. En este sentido, la especialista hace hincapié en la importancia de evitar el aislamiento, remarcando que «siempre hay alguien dispuesto a acompañarnos sin necesidad de festejar y esto puede ayudar a afrontar la Navidad tras una pérdida.” Evitar aislamiento evitar duelo
“El duelo es una respuesta natural a la pérdida que, inicialmente, no requiere de una intervención especializada, pero hay perdidas que preceden duelos complicados. La Dana Valenciana por su magnitud, imprevisibilidad y radicalidad es una de ellas”, adelanta Raquel Calero al tiempo que subraya que este año sumamos como nación un duelo colectivo, “cada año a cada biografía –personal e intransferible–, le acompaña el clima social, político y cultural de nuestro país. La primera edición estuvo marcada por la covid-19. Este año sumamos todos un duelo como país; el ‘Duelo Colectivo’ provocado por la catástrofe natural de la Dana acontecida el pasado 29 de octubre en Valencia.”
Así, la especialista explica que el duelo colectivo se caracteriza por el predominio de emociones como la rabia, el miedo y la sensación de injusticia y tristeza compartida, a diferencia de los duelos individuales que, aunque partan de esa sensación emocional de pérdida colectiva, permiten gestionarse a partir de los recursos intrapersonales –carácter, educación, formación, espiritualidad– e interpersonales –sociales, económicos, culturales– de cada individuo.
“‘El pueblo salva al pueblo’ ha sido la contención instintiva que ha amortiguado esa ruptura radical de rutina y equilibro en la vida de todas las personas que han padecido esta catástrofe. Dicha contención es necesaria en todo duelo para recuperar esa ruptura con nuestro día a día y permite conectar con la espiritualidad que da sentido a la vida en sí”, añade.
El duelo individual en Navidad tras la pérdida reciente de un ser querido
El encuentro tiene como objetivo, además, ser una invitación a «la reflexión de la importancia de la transcendencia, el legado y la espiritualidad para la aceptación de la muerte como parte de la vida», según explica la psicóloga Raquel Calero. La Navidad es época de fiesta y reencuentros con familiares y amigos. Son fechas señaladas donde esas sillas vacías acentúan el recuerdo de la persona que no está, a la vez que embargan de nostalgia y melancolía y, en algunas ocasiones, las emociones son tan intensas que hacen huir de los eventos y hasta suprimir la Navidad.
Por ello, la profesional recomienda a todas las personas con pérdidas recientes que expresen abiertamente su situación emocional, su opinión y deseo con respecto a la celebración de las fechas, así como aconseja al resto de familiares que validen y acompañen al doliente y respeten su decisión. “La reacción natural es huir y suprimir. Cambiar el escenario. Es una respuesta que inicialmente puede ser adaptativa, pero que con los años no sólo no ayudará afrontar la pérdida del ser querido, sino que vaciará de sentido nuestra existencia en estos días del calendario”, incide.
Del mismo modo, la especialista indica que tener una reunión familiar previa, con todos los miembros de la familia incluidos los niños y adolescentes, puede ayudar a tomar una decisión con respecto a su celebración. “Es muy importante que ellos también puedan expresarse emocionalmente y se les dé la posibilidad de opinar como quieren vivir esta etapa. Evitar el aislamiento, aunque la opción elegida sea la no celebración, porque seguro siempre hay alguien dispuesto a acompañarnos,” matiza.
Igualmente, la doctora recuerda que el duelo infantojuvenil es un duelo afectivo, diferido y que puede ser de larga duración, ya que las capacidades cognitivas en este periodo evolutivo no posibilitan la comprensión del suceso de la muerte. “Su expresión es fisiológica y conductual y se da en un plano íntimo. Los infantes toman de referencia a sus adultos para afrontar la muerte. Por eso es tan importante que como referentes les transmitamos seguridad: informando, explicando y acompañando”, asevera Calero Domínguez.
Asimismo, considera que simbolizar a la persona ausente, naturalizar la emotividad negativa por su ausencia y permitir con la representación de su presencia (a través de una fotografía o una vela, por ejemplo), también puede ayudar a sentir el legado de su existencia.
«Los duelos duran toda la vida, pero el poder trabajarlos nos ayuda a vivir con sentido y plenitud nuestra existencia. Por eso es importante que si la persona se ve sobrepasada pida ayuda a un profesional experto que la acompañará a afrontar las etapas del duelo», concluye la responsable de la Unidad de Psicooncología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Raquel Calero.