El triunfo de los verdiblancos en la última jornada de la primera fase de la Conference League le dio el pase a la siguiente ronda con el factor campo a favor en la vuelta, pero la falta de ambición o de capacidad en el juego impidió aumentar un marcador que le hubiera permitido transitar por un lado más factible del cuadro final.
Había que ganar y se hizo. Era lo menos que se podía exigir, por otra parte. El Real Betis Balompié dependía de sí mismo para alcanzar un puesto final en la tabla que le permitiera asegurarse una vuelta de eliminatoria en el Benito Villamarín, factor no decisivo pero sí importante. Debía vencer a un rival inferior futbolísticamente, como el HJK finlandés, y lo hacía arropado por su gente, que nunca falla.
Sin embargo, también se le ‘exigía’ a los de Pellegrini convencer, mostrar sus cualidades y potencial. Ese que solo ha aparecido en Liga pero del que no ha habido ni rastro prácticamente en la totalidad de lo que llevamos de competición europea. Y eso no llegó. Sí, el equipo mejoró su versión en la primera parte respecto a lo ofrecido en anteriores envites, algo que no era complicado, francamente, pero fue decayendo en el partido. El gol de Johnny Cardoso en el primer acto plasmó en el luminoso la superioridad verdiblanca, pero se esperaba que ésta fuera mayor.
De hecho, no es solo que se esperaba, es que un marcador más amplio ofrecía más garantías (nunca totales) de un camino más llevadero en el futuro de la competición. Si eso no llegaba, y la casuística del fútbol hacía que se dieran ciertos resultados en los otros partidos, podía ocurrir lo que ocurrió. Que en el posible futuro camino verdiblanco aparecieran rivales poderosos y en rondas tempranas, como el Chelsea.
Los de Pellegrini acabaron en la posición número 15, lo que les lleva a un próximo cruce con el Gent belga o el Copenhague danés. De pasar ese envite, esperarían el Chelsea o el Vitoria de Guimaraes, los equipos que han terminado en primera y segunda posición respectivamente. Tan solo un gol más de los de Heliópolis les hubiera permitido transitar por el otro lado del cuadro, y vislumbrar a los ‘blues’ tan pronto no transmite buenas sensaciones precisamente. Aunque los verdiblancos deben centrarse ahora en que, para acabar levantando el trofeo, hay que vencer a todos los rivales y que en febrero con Isco recuperado totalmente, entre otros efectivos, las prestaciones del equipo deberían subir ofreciendo una mejor versión de la mostrada hasta ahora.