Continúa el juicio contra un guía turístico sevillano acusado de presuntos delitos de agresión sexual sobre tres estudiantes estadounidenses en viajes a Marruecos y Portugal. La primera denunciante ha ratificado que el inculpado la «violó» y que cuenta con un listado de «40» jóvenes estadounidenses que habrían sufrido agresiones sexuales similares por parte del encartado. La primera denunciante del guía ratifica que «la violó» y avisa de «40» víctimas más
Según su relato de los hechos, el acusado, sus amigas y ella estaban «en la habitación en un ambiente muy cordial», bebiendo champán, cuando la atmósfera tomó «un tinte sexual». El acusado comenzó a preguntarles por sus experiencias sexuales, proponiendo juegos de índole sexual, a lo que ella se negó.
La primera denunciante del guía ratifica que «la violó» y avisa de «40» víctimas más
La Audiencia Nacional ha continuado este martes el juicio promovido contra un guía turístico sevillano acusado de presuntos delitos de agresión sexual sobre tres estudiantes estadounidenses en viajes a Marruecos y Portugal. La primera denunciante ha ratificado que el inculpado la «violó» y que cuenta con un listado de «40» jóvenes estadounidenses que habrían sufrido agresiones sexuales similares por parte del encartado.
La primera joven supuesta víctima del acusado, Manuel Gerardo B.V., responsable de la empresa «Discover Excursion», cuya sede social coincide con la de la sociedad mercantil «Voodoo Travel», de la que era administrador y socio único; ha comparecido ante el tribunal para corroborar su acusación contra el inculpado.
Esta primera denunciante ha narrado lo que ocurrió el 2 de noviembre de 2013 en un hotel de Tánger. Según relata el acusado sugirió ir a “tomar champán en la habitación”, a lo que ella y sus dos amigas accedieron. Una vez allí, el acusado encargó champán al servicio de habitaciones, recogiendo él el alcohol «de espaldas» a ellas y sirviéndolo. Cuando empezaron a beber él comenzó a preguntarles sobre sus experiencias sexuales, cuando ella apenas contaba 19 años, proponiendo «juegos como el de atrevimiento o verdad», así como otro de «intercambio de camisetas», a lo que ella se negó.
Él se puso “en ropa interior, casi desnudo”
Esta primera denunciante ha explicado que en un momento dado, se sintió «extremadamente cansada», percatándose de que Manuel Gerardo se había despojado de su vestimenta, quedando «en ropa interior, casi desnudo»; tras lo cual ella cayó dormida durante un tiempo que no ha podido precisar, despertando sola en la habitación con una «terrible pesadez, aturdida y confusa».
Como necesitaba ir al baño, según su testimonio, se levantó pero tuvo problemas para mantener la verticalidad, llegando «lentamente» hasta el aseo, apoyándose en la pared. Al abrir la puerta del cuarto de baño, según ha relatado, se encontró por «sorpresa» con que sus amigas estaban en la bañera con el acusado, «en ropa interior», tras lo cual ella cerró la puerta.
Fue después cuando Manuel Gerardo y sus amigas abandonaron el aseo y entonces entró ella. Entonces, según su relato, el acusado entró «abruptamente» en el cuarto de baño en ropa interior y aprovechando que ella estaba sentada en el retrete frente a la puerta, la «forzó» y la obligó presuntamente a practicarle una felación; tras lo cual la habría empujado motivando que ella cayese «de lado» y perdiese el conocimiento.
«Un dolor muy fuerte»
Ya después, según su relato, despertó en la cama supletoria de la habitación «vestida con el pijama» sin saber «cómo» había llegado hasta allí, pero sintiendo «un dolor muy fuerte» en sus genitales, «escozor» en el ano y «moratones en ambas rodillas»; descubriendo además que las sábanas estaban «cubiertas de heces».
Según su relato, ella era «plenamente consciente del dolor y terror» que sentía, así como de la «humillación», aunque no pudo «poner palabras» a la situación hasta comenzar a participar en terapia ya tiempo después. «Estaba completamente aterrorizada y mortificada de lo que me había pasado», ha manifestado, relatando cuándo empezó a comunicar que había sido «drogada y violada».
Además, ha narrado cómo a través de diversas gestiones supo de otra joven estudiantes estadounidense había sufrido una situación similar por parte del inculpado, pero pudo «zafarse», asegurando que a lo largo de estos años, fruto de su trabajo, ha recopilado «mucha información», conformado un listado de «40 chicas que han prestado declaración en Estados Unidos» sobre agresiones cometidas por Manuel Gerardo «de 2009 a 2019».
Sus compañeras de habitación
Una de las amigas que compartía habitación con ella la noche de los hechos ha testificado de su lado que esta primera presunta víctima del caso «expresó que estaba interesada» en Manuel Gerardo y que se «enfadó» con ellas por ese motivo, manifestando que recuerda que en la habitación hubo juegos de índole sexual aunque sin recordar cuáles y que el inculpado y la víctima estuvieron dentro del cuarto de baño, aunque sin recordar tampoco si accedieron juntos al mismo.
La otra compañera de habitación ha rememorado, a grandes rasgos, que en efecto Manuel Gerardo «tenía una actitud de flirteo con las tres» estudiantes, que la denunciante y él estuvieron dentro del baño, entrando «ambos» a la vez según ha creído recordar; y que cuando ella despertó «había heces por todas partes» de la habitación, sin poder recordar «nada más», según ha asegurado.
Las otras dos denunciantes de Manuel Gerardo B.V., alumnas americanas del Centro Florida State University de Valencia, han ratificado también sus acusaciones, relatando que la noche del 28 de mayo de 2017, en el marco de un viaje a Lagos (Portugal) contratando con la empresa «Discover Excursion» del citado inculpado; el mismo les invitó a «una fiesta en su habitación» de hotel, reservada para «personas guay o VIP», pero a la que finalmente sólo había invitado a ellas.
En la habitación, según han remarcado, el acusado les animó constantemente a beber alcohol y se quitó los pantalones, quedándose en ropa interior y preguntando por su «historial» sexual.
Que se sentase “encima” de él
El procesado, según estas dos denunciantes, les propuso jugar a ‘verdad o atrevimiento’ y habría conseguido que ambas le besasen, describiendo cómo para calmar la situación, una de ellas hizo un «baile estúpido» ante el cual Manuel Gerardo les habría pedido que se sentasen encima de él o algún baile de connotación sexual, a lo que ambas se negaron; como también se negaron a su petición de que se quitaran los pantalones, según han señalado.
Pese a ello, según su relato, el inculpado, agarró presuntamente a una de ellas de su mano derecha y a otra de la izquierda, inmovilizándolas en un rincón de la habitación y, mientras ellas intentaban zafarse y manifestaban que querían marcharse, él les reclamaba que no se fueran porque tenía «un calentón», reclamando a una de las chicas que le diera un beso, besándola y cogiendo la mano que le sujetaba para posarla sobre sus genitales; hasta que finalmente las jóvenes lograron salir de la habitación.