La Universidad de Sevilla (US), bajo la dirección de la profesora Rocío González Díaz, está llevando a cabo un proyecto europeo con el objetivo de lograr que la sociedad perciba la Inteligencia Artificial (IA) como un entorno «seguro y fiable». La iniciativa, llamada ‘Rexasi-Pro’, busca crear un marco de desarrollo para un sistema de IA «de enjambre» compuesto por una «flota de sillas de ruedas autónomas y drones que permita el desplazamiento autónomo de personas con movilidad reducida en el interior de un edificio».
Para contextualizar la importancia de esta iniciativa, la catedrática del departamento de Matemática Aplicada I, Rocío González Díaz, explica que la IA y sus redes neuronales «están en boga, pero tienen un gran problema en la actualidad, y es que, a pesar de su éxito, son una caja negra porque no podemos explicar los resultados que nos ofrece una IA, no podemos predecir cuándo se va a equivocar y, por lo tanto, no podemos confiar en ella», detalla la institución universitaria en un comunicado de prensa.
Por lo tanto, con el desafío de lograr que la sociedad perciba a la IA como «robusta y fiable», el equipo de Rocío González trabajará durante dos años en desarrollar «soluciones innovadoras» para que la IA sea «fiable» en un entorno «muy complejo». «Es una caja negra en la que estamos comprometidos en abrir, y si logramos aplicarla en un entorno tan complejo como el que hemos expuesto, significa que también lo haría en cualquier otra situación», agrega la profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática.
En cuanto al entorno complejo en el que se desarrolla el proyecto, Rocío detalla que «por un lado, tenemos un enjambre de drones autónomos, es decir, que nadie los está pilotando, y vuelan ellos solos dentro de un edificio cerrado. Por lo tanto, no pueden depender de satélites para moverse entre las habitaciones. En estas habitaciones habrá obstáculos, mobiliario que se dispondrá de manera diferente cada día. Los drones tendrán que crear un mapa en 3D de ese edificio, que simulará un hospital. El enjambre de drones entrará en el hospital y se moverá de manera autónoma, ofreciéndonos una imagen virtual en 3D del hospital».
En este punto, entra en acción otro enjambre, el de las sillas de ruedas autónomas, que recibirán la información del enjambre de drones. «Pero la historia se complica un poco más y es aquí donde entra en escena un nuevo protagonista: el orquestador», detalla la profesora universitaria.
«Si logramos obtener estos resultados y que la sociedad confíe en la Inteligencia Artificial en un caso tan complejo como el que hemos expuesto, también podría aplicarse en cualquier otro caso, mucho menos complejo y mucho menos peligroso», concluye.
