La organización Facua en Andalucía ha valorado la aprobación de la propuesta de una nueva directiva que dotará a los consumidores de mayor poder decisión, ya que obligará a mejorar el etiquetado y la durabilidad de los productos y acabar con la publicidad engañosa y el ‘ecopostureo’ de los productos que alegan ser respetuosos con el medio ambiente si no responden a evidencias científicas.
No obstante, el secretario general de Facua-A, Rubén Sánchez, ha apuntado que «hoy por hoy ya hay instrumentos para sancionar a buena parte» de las empresas que realizan este tipo de estrategias, pero «no hay ni voluntad política ni medios suficientes en las administraciones».
En este sentido, Sánchez ha indicado que «uno de los grandes problemas» para implementar estas medidas es la falta de mecanismos de control por parte de los Estados miembros y de las autoridades competentes, en este caso, en materia de protección al consumidor.
«Las administraciones de consumo, tanto autonómicas como estatal, cuentan con un cuerpo de inspectores muy reducido», ha advertido para añadir que, además, cuando estas empresas son multadas por publicidad engañosa, «las cuantías suelen ser muy poco significativas». Esto hace que, «en muchas ocasiones», se planteen «continuar desarrollando las mismas prácticas engañosas». Además, ha criticado que este tipo de multas «generalmente no transcienden y no salen a la luz».
Ante esta situación, Sánchez ha considerado «correcto» esta iniciativa europea porque «vendría a afinar mejor cuando se trata de prácticas engañosas con pseudoetiquetados ecológicos». Pero, por otro lado, ha recordado que «ya hay hoy hay instrumentos para sancionar buena parte de esos casos».
Por último, cree que es «importante» que los etiquetados deben estar respaldados por pruebas específicas y con certificados oficiales a la hora de referirse a la perspectiva ecológica y sostenible de un producto. «Ya veremos cómo se plantea el texto en la directiva», ha subrayado.
En el pleno del Parlamento, por 544 votos a favor, 18 en contra y 17 abstenciones, se ha aprobado la propuesta de una nueva directiva que dotará a los consumidores de mayor poder de decisión durante la transición ecológica, aunque el contenido y la redacción definitivos deben ser negociados aún entre el Parlamento y el Consejo.
La Eurocámara defenderá en las negociaciones del texto final que se prohíba el uso de eslóganes como ‘respetuoso con el medio ambiente’, ‘natural’, ‘biodegradable’, ‘climáticamente neutro’ o ‘ecológico’ si no están respaldados por pruebas específicas.
De igual modo, apoya prohibir el uso de alegaciones ecológicas basadas únicamente en sistemas de compensación de carbono y otras prácticas engañosas, como hacer afirmaciones sobre un producto si solo son ciertas sobre una parte del mismo, asegurar que durará un cierto período de tiempo, o que puede usarse con cierta intensidad, cuando esto no sea cierto.
Además, para simplificar la información sobre los productos, la Eurocámara está a favor de que solo se usen ecoetiquetas que respondan a unos sistemas de certificación oficiales o estén respaldados por la Administración.