El Museo Nacional del Prado ha inaugurado una exposición dedicada a la carrera artística de Sánchez Perrier como dibujante. La muestra, ubicada en la sala D del edificio de los Jerónimos, estará abierta hasta el 30 de julio y presenta una selección de 69 obras de las 192 que fueron donadas a la institución por la Fundación Tatiana.
La exhibición abarca desde los primeros dibujos de Perrier, realizados durante su periodo de formación en Sevilla y sus primeros viajes como pintor al aire libre por España, hasta sus obras más tardías en las que logra crear efectos pictóricos sorprendentes sobre el papel.
La comisaria de la muestra, Gloria Solache, ha destacado que muchos de los dibujos expuestos provienen de los cuadernos del artista, de los cuales se arrancaron las hojas. Una venta testamentaria explicaría la presencia de un sello violeta en gran parte de las obras.
Junto a los dibujos, también se exhiben tres pinturas y un dibujo del artista que ya formaban parte de la colección del Prado. La primera obra de Emilio Sánchez Perrier ingresó en el museo en 1890, cuando el Estado adquirió directamente al pintor el lienzo titulado ‘Febrero’, que había obtenido una medalla de segunda clase en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes.
En 1908, Pedro Ruiz Prieto, médico sevillano y amigo del artista, donó al museo el dibujo ‘Vista del castillo de Alcalá de Guadaíra’, así como las pinturas sobre tabla ‘Vista de Venecia’ y ‘Paisaje de Gisors’.
La exposición destaca la estrecha relación entre Sánchez Perrier y Ruiz Prieto, evidenciada en el retrato del médico realizado por el artista y en las dedicatorias presentes en dos de las obras. Es probable que Ruiz Prieto haya tratado la tuberculosis que padecía el pintor desde 1896 y que finalmente le causó la muerte en 1907 en Alhama de Granada.
La importancia de los dibujos de esta exposición radica en que cubren todo el arco cronológico de la vida del pintor y su obra gráfica estaba escasamente representada en las colecciones del Prado. A través de ellos, se puede seguir la trayectoria completa de Sánchez Perrier como dibujante, en la que se evidencia su continuación de los postulados del paisajismo naturalista de la Escuela de Barbizón y la influencia de artistas como Martín Rico y Mariano Fortuny en su estilo luminoso y detallista.
Emilio Sánchez Perrier, reconocido como uno de los principales pintores españoles de paisajes de finales del siglo XIX y principios del XX, desarrolló su carrera entre Sevilla y París. Sus obras se caracterizan por su realismo, luminosidad y precisión técnica.
