En nuestro apartado de salud hoy hablamos de los tratamientos profesionales de ortodoncia. Para ello, la doctora y fundadora de la clínica Ardila, Rosa María Ardila, ha estado en el plató de 101 dando detalles de cómo “lo barato puede salir caro”, al referirnos a un tratamiento de ortodoncia low cost. Cuidar nuestra salud dental es imprescindible, por ello es necesario acudir a un profesional para tratar cualquier tipo de patologías y «no dejarse engañar por «los tratamientos de bajo coste». Puedes ver la entrevista completa en nuestra web, en nuestro magazine ‘Mira Sevilla’. Ardila sobre los tratamientos de ortodoncia low cost: “lo barato, sale caro”
La doctora Ardila sobre los tratamientos de ortodoncia low cost: “lo barato, sale caro”
Los tratamientos de ortodoncia invisible se han hecho muy populares, sobre todo en adultos y adolescentes “que quieren alinear sus dientes de una manera discreta”. De esta forma se refería la doctora Rosa María Ardila a un tipo de ortodoncia que consiste “en utilizar una secuencia progresiva de férulas transparentes que son muy cómodas y pasan prácticamente inadvertidas”. Ardila asegura que son una “excelente opción, pero siempre y cuando se realice bajo la supervisión de un profesional cualificado”
La doctora ha dejado claro que el problema surge cuando se eligen opciones de bajo coste que pueden desencadenar situaciones indeseables y a veces se producen daños irreversibles”.
Diferencia entre un tratamiento profesional y uno low cost
La diferencia entre los tratamientos “es evidente”. Según la doctora, lo único que tienen en común es que se usan retenedores invisibles, “pero en todo lo demás son completamente diferentes. El profesional que realiza un tratamiento de ortodoncia es una persona que ha estudiado cinco años de odontología, un máster universitario de cuatro años y ha empleado 9 años de su vida en capacitarse para poder realizar tratamientos de ortodoncia con una predictibilidad que sea saludable tanto a nivel estético como de salud oral”, explica la doctora.
En primer lugar, y como primera diferencia entre ambos tratamientos, los profesionales hacen un diagnóstico al paciente, basado en radiografía, fotografía, estudio de las arcadas y una exploración clínica exhaustiva de la boca, para detectar o descartar problemas “que solamente se pueden detectar haciendo esa exploración como pueden ser lesiones en las mucosas orales que pueden ser benignas pero se pueden malignizar desde las simples caries, gingivitis, problemas articulares en fin una infinidad de problemas”, asegura Ardila.
“El profesional hace una planificación de un tratamiento personalizado para el paciente, después lo ejecuta con el tipo de aparato de elección y se hace responsable de los resultados obtenidos y de su estabilidad”. De esta forma, la doctora asegura que el tipo de aparato no es lo importante, lo importante es el profesional que es quien realiza el tratamiento, planifica, diseña, ejecuta y conduce el tratamiento. Así hacía referencia a que “los aparatos son simples vehículos, la ortodoncia sería el diagnóstico y saber el resultado final sería el punto de llegada, pero hay que conocer también el camino y en qué vehículo vas a ir, al igual que es importante el conductor que es quien elige el tratamiento”.
Los riesgos
Los tratamientos de bajo coste “se realizan de manera que una empresa monta un local donde los que atienden a los pacientes, que en este caso son más bien clientes, son unas personas que se dedican a vender, son comerciales”, asegura la doctora. De hecho, en cuanto a las pruebas o registros que se hacen antes de elegir el aparato para este “cliente” se realizan, a veces, en casa y con un teléfono móvil que usa el propio paciente con una aplicación que funciona como escáner para la boca. Tras esto, utilizan Inteligencia Artificial para realizar estos retenedores invisibles, “el resultado final se le entrega al paciente y él se autogestiona. Es un tratamiento inestable”.
Los problemas que puede acarrear utilizar este tipo de tratamientos son problemas de mordida “porque los dientes se mueven sin control”, contactos nocivos de los dientes que pueden producir contracturas y problemas en la articulación, “eso genera mucho dolor al paciente”. También problemas en la encía y huesos, con pérdida de ambos “porque son fuerzas incontroladas y movimientos incontrolados”, y en las raíces de los dientes, que “se resienten, se acortan, se reabsorben y eso sí que es irreversible”, aclara la doctora.
Por otro lado, pueden aparecer problemas emocionales o frustración al ver que no se han conseguido los resultados deseados.
Testimonios
Como experiencia propia, la doctora Rosa María Ardila ha tenido en su clínica varios casos en los que el paciente primero eligió el tratamiento low cost y luego, ha tenido que recurrir a un profesional. “Hemos tenido varios casos. Hace un año vino una chica que tenía fuertes dolores en mandíbula cuello y oído y llevaba cinco meses con un tratamiento de alineadores low cost, le diagnosticamos que tenía solamente un contacto en una muela de atrás y eso provocó un síndrome de disfunción de la articulación mandibular. Tuvimos que quitar el aparato que traía, le pusimos una placa de descarga para relajar la musculatura, la derivamos a fisioterapia y cuando ya por fin estuvo asintomática pudimos hacer un tratamiento. Diagnosticamos y planificamos y la tratamos con brackets estéticos de zafiro con unos resultados estupendos”.
Otro de los casos que contaba la doctora “fue muy impactante”. Así, recuerda que “traía dos premolares superiores completamente fuera del hueso, tenía sólo un tercio de la raíz dentro del hueso. Entonces hicimos el diagnóstico, el plan de tratamiento, hubo que sacrificar esos premolares porque ya no eran viables y le hicimos un tratamiento con alineadores. Tras esto, cerramos los espacios y después tuvimos que hacerle un injerto de encía bilateral para tapar ese defecto de encía que había perdido”, contaba la doctora.
Unas situaciones que la doctora calificaba como: “lo barato sale caro”. De hecho, Ardila asegura que la única ventaja que puede tener el tratamiento de bajo coste es el bajo precio, “pero eso se vuelve contra ellos porque al final tienen que hacerse un tratamiento nuevo para recuperar lo que han perdido y emplean el doble de tiempo y el doble de dinero”.
“Desconfía de los precios económicos”
Por último, y tras especificar cuales son los problemas sanitarios y económicos que pueden traer los tratamientos de ortodoncia low cost, la doctora Ardila aconseja a todo aquel que quiera o necesite un tratamiento de ortodoncia, “en primera lugar que es imprescindible que se busque un buen ortodoncista especialista en ortodoncia, de carne y hueso, con nombre y apellido, y que le haga un diagnóstico un plan de tratamiento y un seguimiento. Este profesional se hará responsable de los resultados y de la estabilidad del mismo”.
Además, ha dejado claro que “no se fíen y no se dejen llevar por los bajos precios, y que desconfíen siempre de precios económicos y de tratamientos que no incluyen unas revisiones periódicas dirigidas por un profesional. En definitiva, que no se dejen engañar”, ha concluido la doctora Rosa María Ardila.