Aldeas Infantiles SOS atendió en 2022 a un total de 1.386.400 personas, de las que 792.700 eran niños o adolescentes en riesgo en 31 países afectados por conflictos, desastres naturales o migraciones, como ha informado la ONG por el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebra este 19 de agosto.
Así, durante el pasado año, a través de 61 Programas de Respuesta en Emergencias la organización atendió a 1.123.200 personas en África, 8.100 en América, 89.600 en Asia y Oceanía y 165.500 en Europa. Los objetivos principales de estos programas son «la protección de la infancia, la reunificación de las familias y el apoyo psicológico y social».
Como detalla la organización, «se trata de prestar la asistencia humanitaria que se necesite en cada contexto para proteger a los niños y las niñas más vulnerables, especialmente a aquellos que se han visto separados de sus padres o que están riesgo de estarlo». Igualmente, ha indicado que para llevar esta labor a cabo, sus equipos «contribuyen a la reconstrucción de hogares y escuelas, suministran alimentos y artículos de primera necesidad y ofrecen refugios temporales».
A su juicio, «los niños y niñas necesitan protección especial y apoyo antes, durante y después de las emergencias» por lo que defienden que la acción humanitaria después de un desastre «no es suficiente y que hay que seguir acompañando hasta que logren superar sus dificultades», a través de una red de colaboradores nacionales e internacionales que permite responder de forma inmediata cuando se produce una catástrofe.
La ONG pone el foco en la situación que se vive en algunas zonas del Cuerno de África y el Sahel, que están sufriendo actualmente «la sequía más larga de la que se tiene constancia», una situación que «combinado con la inseguridad y la elevada inflación en muchos lugares, ha provocado una grave crisis alimentaria».
Para contribuir a paliar esta situación, Aldeas Infantiles SOS mantiene estrategias inmediatas a medio y largo plazo, entre las que se encuentran mejorar el acceso a servicios sostenibles de agua, saneamiento e higiene y garantizar la cobertura de necesidades básicas como la alimentación. Además, proporcionan cuidados alternativos provisionales a los niños, así como alojamiento temporal, servicios de salud mental y apoyo psicosocial tanto a ellos como a sus familias.
También se ha sumado a la campaña de Naciones Unidas #EstamosAquí para reconocer el compromiso de los trabajadores humanitarios «que se adaptan de forma extraordinaria a los nuevos escenarios de crisis».
La ONU estima que este año 339 millones de personas necesitarán asistencia y protección humanitaria, lo que significa que una de cada 23 personas en todo el mundo necesitará ayuda de emergencia, una cifra que supone un incremento significativo con respecto a la que se registró en 2022, que era de 274 millones de personas.