El Chimy Ávila es un es un tipo peculiar donde los haya, tanto que es capaz de utilizar un trozo de gomaespuma de las botas de Isco Alarcón como amuleto. El delantero verdiblanco explicó en los medios oficiales del Real Betis Balompié la inusual anécdota a raíz de su celebración del triunfo en El Sadar con una especie de ‘espinillera’ en la mano.
«Días atrás estaba Isco tratándose con el fisio y sacó dos gomaespumas, le pregunté qué eran y el fisio, Pepe, me dijo que pertenecían a sus botas, a lo que rápidamente respondí: me sirven como espinilleras, y más si estaban en la zurda de Isco. Y me las llevé, además marqué con la zurda ante Osasuna. Me las quedo«.
Así es el Chimy, genio y figura. Capaz de ser decisivo como en el último partido ante su exequipo o pasar demasiado desapercibido para Manuel Pellegrini como desde el inicio liguero. Bien saben de sus capacidades en la afición de Osasuna, sobre la que reconoció lo que le afectó los cánticos recibidos en el que fuera su estadio pero también pasó página y desveló que el apoyo de los béticos allí presentes fue lo que le insufló la fuerza para superar los insultos. «Se me cruzaban miles de sensaciones en ese momento en la cabeza. De repente, estaba escuchando los insultos, aunque eso en mi cabeza ya está pasado, pero cuando me llega ese sonido de ‘Chimy es de los nuestro‘ me pasó como los coches eléctricos cuando se quedan sin batería, me llegó ese plus para tirar hacia delante«.
Asimismo, destacó el apoyo que supone Adrián San Miguel para él en el vestuario y el porqué de su sentido abrazo tras anotar el pasado fin de semana «me ayuda mucho en el día a día, nos hemos hecho muy amigos. Somos vecinos, nos separa una casa. Él sabía lo que yo pensaba en ese momento, con el recibimiento de la gente y todo lo que rodeaba el partido».
Además, el argentino espera que sea que los últimos tres puntos sean un punto de inflexión para el equipo. «Ojalá que la victoria ante Osasuna sea un lindo despegue para todos. Ahora hay que tratar de sumar día a día. Somos los primeros que estamos dolidos por las cosas que hemos hecho mal. El míster nos da las herramientas y la afición nos da el aliento, el resto está en nosotros. Eramos los primeros que necesitábamos un triunfo para dedicárselo a la gente«.