La Dirección General de Consumo ha destacado que, a la hora de adquirir un cosmético, entre los aspectos fundamentales se encuentra la información que recibimos, siendo la más importante la que contiene el etiquetado, pues a través de este el usuario puede obtener una información completa mediante la que se identifica el producto, su función y los ingredientes que contiene, así como donde se describe el modo de empleo o las precauciones o advertencias.
La etiqueta se erige como una garantía de seguridad del producto, y en caso de no entender algún aspecto del etiquetado, debemos consultar al personal especializado del establecimiento, según ha indicado la Consejería de Salud y Consumo en una nota de prensa.
Asimismo, en base a esta información, ha apuntado que hay que estar especialmente vigilantes si se padece de algún tipo de alergia o irritación respecto a algún producto determinado. Normalmente, son los perfumes y conservantes contenidos en los cosméticos los causantes de las reacciones.
De este modo, si se padeciera alguna alergia o antecedente, debe desconfiarse del término ‘hipoalergénico’ y revisar con detalle los componentes del producto.
En este sentido, es importante también comparar precios entre diferentes establecimientos o webs, los cuales deben ser de confianza. Además, nunca se deben adquirir productos cosméticos, por ejemplo, de la venta ambulante, o de páginas web no seguras.
De igual forma, Consumo ha recordado la importancia de exigir y conservar la factura o tique de compra, esencial para posibles reclamaciones o, en su caso, devoluciones.
Por su parte, los establecimientos están obligados a disponer (y publicitar) de la Hoja de Quejas y Reclamaciones a disposición de los consumidores que lo soliciten.
Por último, la Consejería ha recomendado acudir a un establecimiento que esté adherido al Sistema Arbitral de Consumo, una garantía adicional para los consumidores y usuarios.