Nada más placentero por la mañana para muchos que desayunar en la calle. Por tradición, cultura o necesidad. Lo que está claro es que desayunar en un bar es irrechazable. Una costumbre que cada vez es más cara. El precio de un café y una tostada ha aumentado en España un 5% en el último año, según un estudio de la Escuela de Negocios EAE.
«Hemos asumido esta subida de precios y hemos bajado nuestros beneficios»
El dueño de la cafetería «Da Vinci», Vicente Cruz, lo reconoce. Se han visto obligados a subir los precios a consecuencia del encarecimiento de la materia prima. «El café lo he subido en quince años, 30 céntimos. ¿Cuánto ha subido el café y la leche?», explica. Desde la pandemia, los precios de los proveedores no han dejado de subir. «Hemos asumido esta subida de precios y hemos bajado nuestros beneficios», nos cuenta. Según Vicente, para tratar de no perder clientes, han decidido no subir notoriamente los precios. Claro que esto hace que los beneficios para el negocio sean más bajos.
Los sevillanos lo han notado. «Antes te pedías un café y una tostada por 1,80€ y ahora no baja de 2 y pico», cuenta una chica. Desayunar en la calle se ha convertido en un lujo. «No se lo puede permitir todo el mundo, ni todas las veces que quisiéramos», comenta un joven.
Una señora asegura que lo que más nos gusta en Sevilla es «el desayuno y el café por la tarde». Insiste en que «pongan el precio que pongan, vamos a salir a desayunar porque nos gusta». Se ajustan los bolsillos, pero lo reconocen: el rato del desayuno en la calle es irremplazable.