Unas prospecciones arqueológicas de carácter preventivo acometidas en Carmona y Alcalá de Guadaíra (Sevilla) con motivo de la instalación de nuevas plantas fotovoltaicas han propiciado el descubrimiento de un «pequeño capitel de mármol blanco de época tardoantigua visigoda», datado inicialmente entre los siglos V y VII; así como 16 enterramientos que podrían corresponder a «una necrópolis romana o tardorromana».
En concreto, se trata de una intervención arqueológica de prospección superficial con sondeos en suelos de Carmona y Alcalá de Guadaíra, de cara a la instalación de las plantas fotovoltaicas de Encarnaciones, Sol Morón y los Mangos, una actuación acometida por la sociedad BM Arqueología y Patrimonio, de la mano de José Miguel Bascón Mateos, Juan Manuel Garrido Anguita, Isabel María Jabalquinto Expósito, María del Pilar Ruíz Borrega, Adrián Ruiz Expósito y Betina Santos Rivas, los cuatro primeros de ellos pertenecientes al grupo de Investigación en Recursos Patrimoniales de la Universidad de Córdoba.
Las actuaciones, según la memoria técnica de las mismas, recogida por Europa Press, comenzaron el 9 de abril de 2021 y se prolongaron hasta el 20 de septiembre de dicho año.
Al respecto, los miembros del equipo de BM Arqueología y Patrimonio recuerdan en dicho documento que «el área en la que se circunscriben los términos municipales de Carmona y Alcalá de Guadaíra posee una milenaria historia que ha quedado materializada en numerosos yacimientos arqueológicos que han experimentado distinta fortuna a lo largo del tiempo», precisando que la Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía contabiliza 497 registros de carácter arqueológico en el término municipal de Carmona, incluyendo «371 yacimientos de interés»; y 175 «yacimientos documentados» en Alcalá de Guadaíra.
«Aunque la secuencia histórica de esta zona abarca desde la época Prehistórica hasta la Contemporánea, en ambos términos destacan, fundamentalmente los asentamientos adscritos al periodo romano», exponen los arqueólogos, recordando que Carmona cuenta con activos de dicha etapa como la necrópolis, datada en el siglo I de la era actual y conformada por cientos de tumbas; o el anfiteatro romano, construido también en dicha centuria y que habría podido acoger entre 18.000 y 20.000 espectadores.
En el caso de Alcalá, recuerdan que cuenta con «más de un centenar de yacimientos vinculados a la dominación romana», señalando por ejemplo el mausoleo circular de la zona de Las Canteras.
En ese sentido, esta intervención ha consistido principalmente en «diferentes sondeos de reconocimiento» en los entornos de los yacimientos arqueológicos de Torreluenga II con relación al sector norte de la planta fotovoltaica Sol Morón, en Carmona; y Cortijo Cabrera y Torre de la Membrilla por los sectores oeste y este de la planta Los Mangos en Alcalá.
Entre los resultados de estos trabajos, en la memoria técnica de la actuación destaca la «localización y recuperación» en el ámbito del yacimiento arqueológico Torreluenga II, en Carmona, de «un pequeño capitel de mármol blanco de época tardoantigua visigoda», que los autores de este documento datan inicialmente entre los siglos V y VII.
Además, en estos mismos suelos fueron descubiertos «una serie de espacios de almacenamiento, concretamente cinco silos excavados», atribuidos en principio a «una implantación industrial romana».
«Respecto a lo señalado en la ficha de catalogación de este yacimiento, donde se expresa la localización de abundante material constructivo romano reutilizado para un asentamiento islámico, basándonos en los hallazgos documentados durante la presente actividad arqueológica y ante la escasez de materiales del periodo medieval andalusí, parece más oportuno sugerir que el asentamiento tiene una amplia secuencia ocupacional fundamentada principalmente en el periodo romano y tardoantiguo, y que esta persiste, aunque de forma más débil, en época medieval», explican los arqueólogos.
En el caso del yacimiento Torre de la Membrilla, en Alcalá, el documento detalla la localización de «cerámicas prehistóricas realizadas a mano y bordes apuntados de cazuelas carenadas del Bronce Final, abundante material constructivo de época romana como opus caementicium, signinum, tégulas, ímbrices, ladrillos, mampuestos y piedra labrada entre la que destaca una pieza de calcarenita que se podría relacionar con el arranque de un pequeño arco y un fragmento de decoración arquitectónica realizado en mármol blanco».
Además, la memoria indica la documentación de «estructuras prehistóricas negativas, un silo acampanado y un posible foso»; interpretadas como un asentamiento del periodo final de la Edad del Bronce; así como la detección de «16 inhumaciones (número mínimo de individuos) y al menos dos cubiertas de tumbas conformadas por una estructura tumular a base de mampuestos, cascotes y ladrillo, que podrían pertenecer a una necrópolis de época romana o tardorromana».
Al punto, los autores de este trabajos precisan respecto a esta necrópolis que «los individuos documentados apenas han sido excavados», si bien ha sido posible determinar que «al menos algunos de ellos» reposaban en sus enterramientos «en posición decúbito lateral derecho y orientados» con la cabeza hacia el suroeste.