El coste financiero de la deuda comercial para las pequeñas y medianas empresas (pymes) se disparó en el segundo trimestre hasta cerca de 2.400 millones de euros, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior, debido al encarecimiento del crédito, según el Observatorio de Morosidad que elabora la patronal Cepyme con datos de Cesce e Informa D&B.
La deuda comercial tiene dos componentes: la ordinaria y la morosa. El coste de la primera ascendió a 1.291 millones de euros en el segundo trimestre, mientras que el de la segunda alcanzó lo 1.075 millones de euros.
Sumando los dos componentes, las empresas hicieron frente en el segundo trimestre a un coste financiero total anualizado de 2.366 millones de euros, un 98,5% más que un año antes y la cifra más elevada desde septiembre de 2009.
La deuda comercial total (ordinaria y morosa) del conjunto de las pymes, causante del elevado coste financiero asociado al encarecimiento del crédito, superó los 180.000 millones de euros en el segundo trimestre, de los que cerca de 70.000 millones de euros correspondieron a las empresas medianas, un 12% más que un año antes, mientras que las micro y las pequeñas empresas sumaron una deuda comercial de 110.000 millones de euros, un 5,5% más.
Según el informe de Cepyme, el esfuerzo financiero relacionado con el tramo normal de la deuda comercial (1.291 millones de euros) se triplicó para las pymes, sumando casi 1.300 millones de euros. No obstante, la peor parte se la llevaron las empresas medianas, con un incremento interanual del 258%, frente a un aumento del 175% para las empresas pequeñas y microempresas.
Por lo que respecta a la parte morosa de la deuda comercial, el esfuerzo financiero experimentó un avance más contenido porque, según Cepyme, tanto para las empresas pequeñas como para las medianas, los plazos de pago se redujeron, aunque no para las microempresas.
Para el conjunto de las pymes, el coste de la mora ascendió a casi 1.100 millones de euros en el segundo trimestre, un 40,8% más que un año antes y el segundo más elevado desde septiembre de 2010, sólo superado por el dato del primer trimestre de 2023.
Cepyme denuncia que a este incremento del coste de la morosidad para las pymes hay que añadir la subida de otros costes, como los energéticos y laborales, así como los efectos de la inflación, «que merman su rentabilidad y su capacidad de negociación para acceder a la financiación necesaria en un contexto de encarecimiento del dinero como consecuencia del aumento de los tipos de interés».
El informe trimestral del Observatorio de Morosidad de Cepyme confirma que el periodo medio de pago (PMP) en las operaciones comerciales entre empresas mantuvo en el segundo trimestre del año su tendencia descendente, si bien a un ritmo más atenuado que en periodos anteriores.
Así, el PMP se situó entre los meses de abril y junio en 81,3 días, frente a los 82,1 días del trimestre anterior, lo que le convierte en el PMP más bajo para este periodo desde 2017, pero aún muy por encima del período máximo legal de 60 días que establece la Ley.
«La reducción del PMP desde finales de 2021 es el resultado de la reacción de las empresas al entorno de elevada inflación en una doble vía: por un lado, acortar los plazos de cobro evita la reducción del valor real de los cobros pendientes que provoca la inflación y, por otro, es una forma de sortear el aumento del coste financiero que provoca el incremento de los tipos de interés sobre la deuda comercial», explica Cepyme.
Pese a la reducción general del PMP, el periodo medio de pago aumentó en las grandes empresas en el segundo trimestre hasta los 87,4 días, lo que supone 41,3 días más que en el mismo trimestre del ejercicio precedente.
Cepyme atribuye este fuerte repunte debido al «efecto base» que supone comparar el segundo trimestre de este año con el mismo de 2022, periodo en el que el PMP fue anormalmente bajo. «Las grandes empresas han modificado su política de pagos y cobros al variar el contexto de tipos de interés, que dejaron de ser negativos», señala la patronal.
Entre las pymes, las medianas tuvieron en el segundo trimestre el mayor PMP, de 89,9 días, mientras que las empresas pequeñas registraron el menor PMP, con 79,4 días, seguidas por las microempresas, con 81 días.
Por comunidades autónomas, el periodo medio de pago aumentó en términos interanuales en ocho autonomías y en Ceuta y Melilla. La diferencia máxima entre los periodos medios de pago de las distintas comunidades autónomas alcanzó en el segundo trimestre los 25,9 días al comparar el PMP más elevado, el de Murcia (95,7 días), con el menos acusado, el de Castilla y León (69,8 días).
Según Cepyme, el 29,5% de las facturas se pagó con puntualidad en el segundo trimestre, por lo que siete de cada se abonaron con mora. Las empresas grandes pagaron puntualmente el 14,2% de las facturas que recibieron, frente al 49% en el caso de las microempresas, el 46% en las pequeñas empresas y el 29,4% en las medianas.
El periodo medio de pago se redujo en los cuatro grandes sectores de actividad en el segundo trimestre, si bien todos ellos están por encima del período legal de 60 días. En la industria, el PMP se redujo hasta 77,3 días, 3,8 días menos que en el mismo periodo del año anterior y el menor registro histórico para este sector.
No obstante, este dato en el sector de la industria responde al comportamiento particular del subsector de electricidad, gas y agua. De hecho, el PMP medio del sector industrial, excluyendo este subsector, alcanza los 83,1 días, con un incremento interanual de 3,8 días.
Por su parte, los sectores agroalimentario y de servicios registraron periodos medios de pago similares, de 73,9 y 73,5 días, respectivamente. En la construcción, el PMP se situó en 97,3 días, con una reducción interanual de 1,5 días.