El partido ante el Valencia CF fue el reflejo perfecto de la situación actual de la afición del Sevilla Fútbol Club, se centra en animar durante el partido a un equipo que no le da alicientes deportivos para ello y haciendo un esfuerzo encomiable por abstraerse un hartazgo completamente justificado por los problemas institucionales. El hartazgo justificado del sevillismo
No es fácil. No es fácil para el un sevillista entender la situación actual de un club que, hace muy poco, era el equipo más fuerte de los mortales en España (FC Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid van aparte) y se forjó un nombre y un respecto en Europa a base de gestas increíbles en la Europa League. Un equipo con referencias claras, tanto en el césped y el banquillo, como en los despachos.
Precisamente la persona más destacada en este último aspecto, Ramón Rodríguez Verdejo ‘Monchi’, estuvo presente en el palco del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante los ‘che’. El de San Fernando que, por supuesto también es partícipe del mal momento de la entidad con las decisiones erróneas en su última etapa, fue reconocido y ovacionado por el público de Nervión, al igual que Jesús Navas. La máxima referencia en el aspecto de jugadores de ese gran Sevilla que, ahora, cuesta vislumbrar. Queda poco de él.
Seguramente, tanto el aficionado que ocupó su asiento en el estadio como el que lo vio por la televisión, sintió un sentimiento de desgana y frustración viendo aquella imagen de dos figuras que le reportaron tanta felicidad y éxito en el pasado reciente, y que ahora ya no están. Lo que está ahora es un equipo al que, deportivamente, le cuesta un mundo rendir a un nivel medianamente decente. ¿Etapa de reconstrucción? Sí, pero eso no justifica exigirle más a un combinado que solo pudo rascar un punto milagroso ante el colista de LaLiga. Eso en el campo, pero el cansancio del sevillismo con los actuales dirigentes y con toda la situación en las altas instancias del club no puede generar más desapego, y así se demostró con la bronca que le propinó el respetable a los actuales dirigentes tanto al final de la primera como de la segunda parte.
La entidad necesita un nuevo impulso. El sevillista necesita un nuevo impulso para ilusionarse. La mayoría de ellos, está hastiado de tantas Juntas Generales, tanto tema judicial y tanta inestabilidad económica que lleva al mal rendimiento en el campo. Precisamente, este último, es el aspecto que siempre puede cambiarlo todo. Los goles, ganar partidos…pero, ni da la impresión de que Pimienta pueda sacar un milagro con estos jugadores y emocionar sobre el verde, y ni siquiera, aunque ese milagro ocurriera, que el aficionado pueda acogerse a los actuales dirigentes cuya distancia con el aficionado, sea cuales sean las circunstancias y tengan más o menos responsabilidad, es cada vez mayor. El sevillista está harto, y con razón.
