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Estudiantes sevillanos lideran un proyecto para obtener compost de lombriz para huertos urbanos

La obtención de compost de lombriz a partir de los residuos generados en los huertos ecológicos que abonen los propios cultivos es el reto de economía circular en el que trabaja el proyecto ‘Vermi: lo que no utilices, a las lombrices’, en el que estudiantes del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Híspalis (Sevilla) se convertirán en «científicos-ciudadanos» para aplicar el abono obtenido de las lombrices en las parcelas de cultivo del Parque de Miraflores.

La iniciativa integrada en el programa regional ‘Andalucía, mejor con ciencia’, impulsado por la Fundación Descubre de la Junta de Andalucía, supone la implicación «activa» de una comunidad para «dar respuesta a un problema cercano» con acciones basadas en el conocimiento, en este caso, la reducción de residuos y su utilización como fertilizante, ha explicado la Fundación en una nota de prensa.

El proyecto se ha presentado este lunes en el IES Hispalis en un acto al que han asistido la técnico medioambiental de la Diputación de Sevilla, María José Diéguez; la subdirectora del Distrito norte de Sevilla, Gloria Cals Pozo; la investigadora de la Universidad de Sevilla y asesora científica del proyecto, Itziar Aguirre Jiménez; la responsable de comunicación científica de la Fundación Descubre, Carolina Moya; el presidente de la asociación de hortelanos del huerto urbano de Miraflores, Manuel Fernández y la coordinadora de la iniciativa en el centro, Cristina de la Rosa.

Alrededor de un centenar de alumnos está participando en un proyecto destinado a resolver la «creciente producción» de residuos vegetales con una «solución asequible»: la aplicación de lombrices. Estas especies digieren materia orgánica y la excretan en forma de «vermicompost», un abono «enriquecido, más barato y sostenible» para abonar los cultivos del propio huerto. Para ello, seguirán el método científico analizando la especie, siguiendo el proceso de producción de compost y, por último, evaluando cómo este abono sostenible incide en cultivos concretos.

Al finalizar, trasladarán los resultados obtenidos a los propios hortelanos y a los vecinos del barrio. Esta iniciativa se enmarca dentro de la denominada «ciencia ciudadana». Se trata de una nueva forma de generar conocimiento científico donde la metodología involucra a la sociedad en el proceso científico para proporcionar resultados. En este proceso «activo y participativo», trabajan de forma coordinada la comunidad educativa y científica junto con agentes sociales.

En concreto, en este caso, la investigadora de la Universidad de Sevilla Itziar Aguirre asesorará al alumnado y a los docentes del centro para garantizar el «rigor» de los resultados que luego se trasladarán a los hortelanos. La experta destaca que la «sensibilización» de los estudiantes en un reto ambiental como la reutilización de residuos resulta «fundamental» en el proyecto.

Además, se avanza en un reto científico actual como es la utilización de biofertilizantes obtenidos de materia orgánica que sustituyan a los tradicionales, no solo por su carácter sostenible, sino por su menor coste. «La adición de vermicompost a los cultivos favorece su asimilación sin fertilizantes químicos de síntesis, lo que supone un ahorro dado el incremento de precios provocado por la guerra de Ucrania y el mercado global», destaca Aguirre.

La Fundación Descubre, la Diputación de Sevilla, la comunidad educativa del centro y la asociación del Huerto Urbano de Miraflores trabajan en este proyecto de ciencia ciudadana con resultados científicos y sociales. El proyecto se encuentra ya en la fase de experimentación donde los estudiantes de segundo de Bachillerato, 4º de la Educación Secundaria Oblogatoria (ESO) y del programa de mejora del aprendizaje y rendimiento están trabajando día a día con los hortelanos del Parque de Miraflores para mantener los cultivos las parcelas que sirven de laboratorio al aire libre.

En este sentido, el proyecto supone una «colaboración intergeneracional» donde los jóvenes se implican junto con personas mayores para aprender sobre técnicas y tipos de cultivo o tareas de abonado y reutilización de residuos. Además de la parcela experimental, el proyecto se está desarrollando en los laboratorios del IES Hispalis. El proyecto surge para dar respuesta a un problema real de los hortelanos: la ingente cantidad de residuos orgánicos que se generan.

El proyecto ha arrancado con la documentación sobre la especie utilizada: la lombriz roja californiana. El alumnado ha investigado factores como sus preferencias de alimentación o su ciclo de vida. A continuación, en la finca La Albarrana, situada en los huertos urbanos de Miraflores, se han colocado unas composteras con un centenar de lombrices donde durante tres meses se han aplicado distintas dietas para comprobar cuál favorecía su reproducción. Tras este experimento de campo, se han reproducido las condiciones en el laboratorio a menor escala para poder contar y pesar mejor a las lombrices con cada una de las dietas ingeridas.

Una vez obtenida la enmienda orgánica, el alumnado se centrará en el uso del vermicompost producido. En este caso, aplicarán su abono a unos semilleros de lechugas donde comprobarán su eficacia, frente a cultivos que no estén fertilizados. Los primeros resultados se expondrán en la fase de divulgación, en la que se difundirán las conclusiones de la investigación entre los propios hortelanos, así como en la Feria de la Ciencia de Sevilla.

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