La Guardia Civil, en la operación denominada ‘Giraoliva2sev’, ha investigado a ocho personas por presuntos delitos de estafa contra el mercado, los consumidores y la propiedad industrial. Además, se han inmovilizado en Sevilla más de 143.000 litros de un producto que se vendía como aceite de oliva virgen extra, pero que en realidad era una mezcla de aceite de semilla con aceite de orujo.
La investigación se inició en marzo pasado debido a la alerta sanitaria emitida por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), en la que se informaba de irregularidades detectadas en algunas marcas de aceite debido a la «falta de trazabilidad fiable» y a la ausencia de «garantías sanitarias». Esto se desprende de la información proporcionada por el Instituto Armado.
El aceite era distribuido con etiquetas dadas de baja y códigos de barras que no correspondían a los productos, todo ello bajo la denominación de aceite de oliva virgen extra (AOVE). Se utilizaban diferentes domicilios sociales y personas responsables, además de ofrecer precios «muy por debajo» del mercado.
Durante la investigación, se identificaron dos naves donde posiblemente se realizaba el envasado y etiquetado del aceite. Durante los registros, los agentes encontraron dos depósitos que contenían aceite de semilla, maquinaria para la mezcla y envasado, así como un ordenador y una impresora de etiquetas.
Los análisis del producto revelaron que se trataba de una mezcla de aceites que incluía aceite de semilla y aceite de orujo, y no aceite de oliva virgen extra como se anunciaba. Como resultado, se inmovilizaron 143.433 litros de esta mezcla de aceite en las provincias de Sevilla, Córdoba y Badajoz. Se estima que se obtuvo un beneficio ilícito de 851.992 euros.
La Guardia Civil ha investigado a tres personas como autores de estos hechos y a otras cinco como distribuidores de las marcas, todos ellos ubicados en la provincia de Sevilla. La investigación fue llevada a cabo por la Unidad de Protección de la Naturaleza (Uprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla, en colaboración con los Servicios de Inspección Veterinaria de la Delegación Territorial de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía en Sevilla.