Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla (US), ubicado en el Parque Científico Tecnológico (PCT) Cartuja, ha validado una nueva metodología que determina los fallos que se producen en el suministro eléctrico entre las centrales solares y los hogares y reorienta la configuración de las redes para maximizar su rendimiento. El sistema permite abaratar los costes de producción y optimiza la calidad de la electricidad que se suministra a los clientes finales.
Para que la electricidad llegue a los hogares desde las centrales eléctricas debe pasar por distintas fases de distribución. Los fallos en estas redes suponen un aumento del coste y afecta directamente a su calidad. De ahí que los investigadores propongan alternativas basadas en inteligencia artificial (IA) que eviten que el suministro se interrumpa temporalmente por diversos factores, como la sobrecarga en el sistema, las condiciones climáticas externas o los problemas técnicos en la red de transmisión, según informa la Fundación Descubre en una nota de prensa.
El método que proponen los investigadores logra que las líneas que puedan verse afectadas por algún problema se puedan reajustar de una manera más efectiva mediante un modelo matemático, conocido como juegos cooperativos.
La teoría de juegos sobre la que se soporta el método es una rama de las matemáticas que estudia la toma de decisiones estratégicas y los resultados que se obtienen cuando varios agentes interactúan entre sí. «Como si de un juego de naipes se tratara, se analizan situaciones de conflicto en la actualización de las líneas eléctricas para determinar qué cambios en la red originarán mayores incrementos en la calidad de servicio valorando aspectos como la disminución de los tiempos de reparación», indica el investigador de la Universidad de Sevilla José María Maestre, autor del artículo.
Tras la producción de electricidad en las centrales, la energía se transporta a las subestaciones a través de una red de alta tensión. Una vez allí, se reduce y se transporta mediante una red de distribución de media y baja tensión hasta los hogares.
En las subestaciones pueden darse fallas de muy diverso tipo que provoquen cortes o picos. Las revisiones rutinarias no resuelven los problemas en los tiempos y formas necesarios para una distribución de calidad. Por ello, los investigadores determinaron en un primer momento «unos índices de desempeño que clasifican las líneas según su confiabilidad, la capacidad de potencia y sus características físicas».
Una vez detectadas las líneas dañadas, se propone la corrección adecuada a cada caso o la instalación de dispositivos de control remoto. Aquí es donde introducen el juego cooperativo. Los jugadores son las ubicaciones que se deben corregir. «En cada una de ellas se establece la relación que mantiene con el resto, si está perjudicando o beneficiando a las demás. Además, incluyen el valor de Shapley, una fórmula con la que se calculan todas las posibles combinaciones de jugadores y se mide la contribución individual en cada una de esas múltiples conexiones».