Es una evidencia el cambio en la situación del Sevilla Fútbol Club de un mes y medio hasta ahora, al igual que lo es la diferencia en el mensaje de García Pimienta y el vestuario. Ya sea por la confianza de los buenos resultados o por el ambicioso mensaje del entrenador, desde la plantilla el mensaje no se centra en la cautela y en la permanencia, se apuesta por mirar hacia arriba.
En Nervión se hace hasta extraño este momento de tranquilidad deportiva. Ni en los sueños de los más optimistas tras la derrota ante el Alavés, a la postre punto de inflexión, se presentaba que el equipo estuviera finalizando octubre más cerca de los puestos europeos que del descenso y transmitiendo cierta sensación de confianza en que no se pasarán apuros durante el curso. Esto, impensable hace no tanto si repasamos manifestaciones contra los dirigentes, duelos dialécticos entre las familias conformantes del Consejo o una renovación del entrenador que sorprendió a propios y extraños por momento y forma, es posible principalmente gracias un nombre: Xavier García Pimienta.
El técnico catalán llegó con un perfil bajo y ciertos prejuicios por parte del aficionado sobre su idea futbolística, pero su demostración de inteligencia y su dedicación se ha ganado a sus futbolistas y a una afición sensible y desconfiada por las tropelías que ha vivido en los últimos tiempos. Pimienta no solo ha moldeado y adaptado su sistema a los mimbres de los que dispone, sino que también, a través de su sencillez, humildad y trato con una plantilla tremendamente diversa, está sabiendo sacar lo mejor de unos futbolistas, la mayoría, denostados o devaluados.
A tanto llega esta fe que se ha ganado el míster entre los verdaderos protagonistas, los que saltan al césped cada encuentro, que ya sea por su mensaje ambicioso (ya adelantó en la previa del Espanyol que el Sevilla FC es un equipo ganador y no se puede conformar con otra cosa) o porque ha conseguido insuflar una confianza superior en ellos, el mensaje del plantel ha cambiado. Ahora no se habla de permanencia, se habla de aspirar a puestos europeos e, incluso, de soñar con la Copa del Rey.
A algunos les parecerá improbable, imposible e incluso osado. Pero lo cierto es que en el vestuario del Sevilla Fútbol Club no se resignan y desprenden que soñar esta temporada con algo más que la tranquilidad de no pasar apuros en Liga, es posible.