El Sevilla Fútbol Club no faltó a su cita con los fantasmas de las últimas dos décadas en sus visitas al Fútbol Club Barcelona y se llevó una manita más dos lesionados tras su encuentro ante los blaugrana. La debacle sevillista de casi siempre ante el Barça (5-1).
La debacle sevillista de casi siempre ante el Barça (5-1)
No salió nada. Como les suele pasar demasiado a menudo a los de Nervión cuando viajan a Barcelona. Da igual que sea el Camp Nou o Montjuic, el caso es que cuando hay que viajar a tierras catalanas para ponerse delante de los culés se desmoronan todos los planes y la partida acaba con resultado negativo. Le pasó a grandes Sevilla F.C., como los de Emery o Lopetegui, y le ocurrió a uno bastante inferior a sus antecesores como el de García Pimienta.
Un técnico que conoce bien como se las gastan los azulgrana y cuyo planteamiento inicial en los primeros 20 minutos, si bien no invitaba al máximo optimismo, sí daba esperanzas de que la mejoría del equipo y la buena dinámica en la que llegaba le condujeran, teniendo la fortuna que siempre se necesita en este tipo de partidos, a tener posibilidades de sacar algo positivo.
Nada más lejos de la realidad. Si las decisiones arbitrales caen en contra (como suele suceder también en las visitas a los ‘grandes’) y encima te encuentras con en modo apisonadora con la ‘flechita hacia arriba’ al líder de La Liga, no hay nada que hacer.
Un polémico penalti señalado por De Burgos Bengoetxea sin atisbo de duda de Peque sobre Raphina y transformado por Lewandoski allanaba el camino al Barça y rompía los esquemas sevillistas. Una pena máxima de esas que con el fútbol de siempre no se debería señalar, pero cuya imagen a cámara lenta le hace parecer más e imposibilita que el VAR pueda entrar de ninguna manera. ‘Penaltito’, ese término tan utilizado últimamente, que no es el primero que se pita ni será el último.
A partir de ahí, se diluyó el Sevilla. Pedri con un golazo desde la frontal abría una brecha que ya no se cerraría. A la fiesta se sumaría de nuevo Lewandoski, en un estado de forma espectacular en este inicio de campeonato, que aprovechó una tardía salida de Agoume tirando el fuera de juego para batir a Nyland. Lo peor llegaría después, y no en forma de gol sino de lesión. Ejuke se rompía en una carrera. Mano al isquiotibial y salida del terreno de juego sin poder apoyar el pie. Hay que esperar la valoración médica pero no pinta muy bien.
En el segundo acto, más de lo mismo. Los hispalenses aguantaron 3 o 4 envites de un Barça que ahí bajó el pistón pensando en lo que le viene (Bayern y Real Madrid). Los de Pimienta cogieron aire con la salida de Suso, aportando control y calidad, pero el físico del gaditano no está para tirar cohetes y se retiró cuando sumaba 25 minutos sobre el verde por unas molestias en el aductor. Segunda lesión. Posteriormente a eso, Pablo Torre aprovechó para hacer el cuarto con un disparo que rebotó en Marcao y dejó vendido a Nyland, firmando más tarde su primer doblete como azulgrana con una falta lateral que no tocó nadie y se coló en la portería sevillista. Antes, eso sí, apareció Idumbo para demostrar que está dispuesto a aprovechar las oportunidades que le dé su entrenador y anotó el gol de la honra para los visitantes.
5-1 en la ya tradicionalmente terrorífica visita al F.C. Barcelona de un Sevilla Fútbol Club que prefiere pensar en este partido como un accidente y centrarse en su visita, de nuevo a Barcelona, del próximo viernes esta vez ante el Espanyol. Un equipo de su Liga, un rival por la permanencia y acabar el curso en una posición tranquila.
Foto vía Sevilla FC en X.
La debacle sevillista de casi siempre ante el Barça (5-1).