La Diputación de Sevilla va a invertir 900.000 euros (IVA incluido) en una intervención en cuatro de las fachadas del edificio conocido como A, el antiguo cuartel de mediados del siglo XVIII, para solventar el problema «crónico» de humedades que tiene el inmueble, con niveles de humedad en las estancias superiores al 70%. El plazo de ejecución del contrato es de seis meses.
Así aparece recogido en el pliego técnico publicado. En él se especifica que las obras de «reparación de paramentos exteriores, incluido el tratamiento antihumedad, revoque y pintura, están permitidas» ya que «no afectan a las condiciones urbanísticas», en alusión al grado de protección del edificio (B) según el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
Entre enero y febrero de 2020, la Diputación realizó unos trabajos con los que resolvió de manera «definitiva» el problema de las humedades por capilaridad aparecido en una zona «muy concreta de la fachada». «Dado el buen resultado del tratamiento aplicado, se pretende –con el nuevo contrato– la aplicación del mismo tratamiento o similar en el resto de los cuatro muros de fachada exterior», justifica el pliego consultado.
La actuación se «completará» con la «reparación» de la pintura exterior de todas las fachadas, tanto las que dan al exterior como las que dan al patio en el que se organiza el cine de verano, mediante el saneado de las grietas existentes, la consolidación del mortero de revestimiento y la aplicación final de pintura formada por «microgránulos de corcho natural», entre otras cuestiones, para «reducir las pérdidas energéticas y ahorrar en climatización del edificio».
El diagnóstico realizado en 2019 con resultados que «siguen estando vigentes» y que dio lugar a la primera actuación en la fachada reveló que la humedad en las estancias es superior al 70%, «por encima del valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la salud de los usuarios». «El ambiente húmedo acumulado en las paredes provoca desprendimiento de los revestimientos, así como la proliferación de hongos y agentes biológicos patógenos, advertidos por el intenso olor a moho en el interior de la estancia», abunda el pliego técnico.
Tras las pruebas realizadas, «se determina que los muros de carga comprobados presentan una humedad estructural debida en su mayor parte a la absorción vertical ascendente desde la cota de terreno natural hacia zonas superiores por la cercanía del nivel freático de la ciudad».
