El proyecto piloto proMETEO Sevilla, que utiliza la ciudad como laboratorio urbano de pruebas, ha anunciado este miércoles que se espera un «descenso del nivel de riesgo» de la actual ola de calor Yago Sevilla a partir del próximo jueves 29 de junio, una tendencia que continuará en los próximos días. Para el viernes 30 de junio, se espera que el índice de calor, medido por el proyecto, alcance el nivel «más bajo», lo que indicará el final de la ola de calor Yago Sevilla.
Según la iniciativa piloto, se prevé que durante el jueves disminuya la intensidad del «evento meteorológico» hasta alcanzar un nivel de peligrosidad medio. Cabe destacar que la ola de calor Yago Sevilla sucedió a Zoe, la primera ola de calor nombrada en el mundo también en Sevilla, que alcanzó un nivel de riesgo muy elevado entre el 24 y el 26 de julio de 2022, según ha recordado el proyecto en un comunicado de prensa.
A lo largo de esta ola de calor, que es la primera detectada por proMETEO Sevilla en la capital hispalense durante 2023, las temperaturas han sido inferiores a las previstas inicialmente. Sin embargo, el fenómeno ha alcanzado la categoría máxima en su escala.
Los técnicos que lideran la iniciativa piloto, a cargo del Centro de Resiliencia Adrienne Arsht Rockefeller Foundation, hacen un llamado a la ciudadanía para que, en los próximos días, se aseguren de que sus familiares y amigos, especialmente aquellos que pertenecen a grupos de riesgo, reciban la atención adecuada y sigan las recomendaciones sanitarias para hacer frente a este tipo de fenómenos.
El sistema piloto utilizado por proMETEO Sevilla recopila datos meteorológicos del aeropuerto de Sevilla (proporcionados por la Agencia Estatal de Meteorología) y predicciones de OpenWeather para los próximos días. Estos datos se analizan junto con las condiciones climáticas específicas de Sevilla a lo largo de su historia, así como con datos de salud y mortalidad.
De esta manera, el equipo de expertos ha desarrollado un algoritmo que establece categorías basadas en el impacto de este fenómeno: riesgo muy elevado, riesgo elevado, impacto medio, impacto bajo y sin impacto. Cada nivel de riesgo se representa visualmente y se acompañan de una serie de recomendaciones, aunque solo el nivel más alto implica el nombramiento específico de la ola de calor, tal como se hace con otros fenómenos meteorológicos extremos.