La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha emitido una declaración expresando su preocupación por el creciente aumento de la violencia verbal y física contra los árbitros. Según la RFEF, esta tendencia se ha acentuado especialmente en los últimos meses y ha hecho que sea cada vez más difícil para los árbitros ejercer su trabajo en un ambiente que incluye insultos, presiones, amenazas y agresiones.
La RFEF señala que esta violencia se produce no solo en el fútbol aficionado, sino también en el fútbol base, donde los árbitros son menores de edad que están aprendiendo y tratando de mejorar. Los árbitros están dedicando tiempo y esfuerzo a mejorar y superar pruebas físicas y técnicas para dar lo mejor de sí mismos cada fin de semana.
La RFEF afirma que los árbitros tienen derecho a cometer errores y que se esfuerzan por mejorar constantemente. Sin embargo, el colectivo arbitral se enfrenta a la descalificación y a la puesta en duda de su honestidad, lo que afecta a su integridad y reputación.
El organismo pide una reflexión profunda de todos los agentes implicados en el fútbol, incluyendo deportistas, técnicos, clubes, directivos, aficionados, medios de comunicación y árbitros, para unir fuerzas y acabar con esta lacra. La RFEF solicita la máxima implicación de las instituciones oficiales y de la clase política sin distinción de partidos.
Por último, la RFEF insiste en la importancia de sancionar de manera ejemplar este tipo de situaciones y de evitar que personas violentas sigan formando parte del deporte. La protección y el respeto a los árbitros son fundamentales para garantizar la integridad física y moral de estos profesionales y para asegurar la calidad y el buen funcionamiento del deporte en general.