Los registros de polen realizados por la Unidad de Alergia del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla han detectado en los meses de marzo y abril comportamientos «bruscamente alterados» en dos de los tipos de pólenes más frecuentes en esta zona, el olivo y ciprés. La climatología (falta de lluvia y las altas temperaturas) «ha desencadenado registros modificados», tanto en la periodicidad de cada tipo polínico como en la intensidad de los mismos. De hecho, se ha registrado el pico máximo de polen de olivo de los últimos 20 años en el sur de la provincia.
La constatación de dicho comportamiento es posible gracias a la estación captadora de pólenes que este área sanitaria tiene instalada desde hace una década. Desde entonces, su Unidad de Alergia es parte integrante de la red de colectores coordinados por el Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica y de la Red Española de Aerobiología, según ha informado la Junta de Andalucía en una nota de prensa.
Permite el seguimiento constante de las concentraciones de polen en suspensión atmosférica, destacando el responsable de esta unidad clínica, José Carlos Orta, «la importancia de disponer de recuentos de pólenes al convertirse en una herramienta de trabajo fundamental para confirmar o identificar los diferentes tipos polínicos que producen alergias en cada población».
A través de este equipamiento, se consigue prever la calidad biológica del aire en esta zona geográfica para optimizar el abordaje y tratamiento de los pacientes con alergia. Diariamente, el captador recoge la cantidad de granos de pólenes y esporas de hongos que hay en la atmósfera. Las muestras se registran en la consulta de Alergología, donde se lleva a cabo la lectura de pólenes y hongos.
Una de las primeras alergias en aparecer cada temporada es la del ciprés, cuya campaña de floración tiene lugar entre enero y finales de marzo. Sin embargo, el balance del captador de pólenes en el área sur de Sevilla ha revelado «una pronunciada alteración» con respecto a la dinámica habitual. De tal modo que ha dispuesto de cifras «muy elevadas» y su presencia se ha prolongado en el tiempo. Cuando ya a finales de marzo debía ser muy débil su registro, a primeros del mes de abril, contabiliza todavía 600 granos de polen por metro cúbico, además de picos registrados también en el mes de marzo, como los 1.000 del día 27.
Del mismo modo, el polen del olivo ha sido el otro gran protagonista de este primer trimestre de 2023 en esta zona geográfica, haciendo acto de presencia de forma «temprana» y con «una intensidad moderada». De tal modo que, en lugar de iniciar su manifestación en el mes de mayo, ya se registró su presencia con cifras importantes de más de un millar de granos de polen por metro cúbico en el aire a mediados de abril.
Además, ha alcanzado registros cuyo pico de 5.280 granos de polen (días 17 y 18 de abril) se desconocían en los últimos 20 años. Según Orta, «son registros más frecuentes en las provincias de Córdoba y Jaén, pero no en la provincia de Sevilla». Una incidencia que, según el captador de pólenes de esta zona, va disminuyendo «progresivamente».
Otro tipo de polen frecuente en el área sur de la provincia es el de gramíneas, cuyo comportamiento está siendo más similar a años anteriores. La excepción es que, por motivo de la falta de lluvia, se ha iniciado de forma más tardía. En lugar de hacer acto de presencia en el mes de abril, ha aparecido en mayo.
Del mismo modo, en la primavera y en verano, los que tienen también relevancia en esta zona geográfica son los pólenes correspondientes a la chenopodiaceas (Salsola y Chenopodium, fundamentalmente), cuyo desembarco se está produciendo con las características habituales en esta época del año, según el jefe de la Unidad de Alergia del este área sanitaria.
La polinosis, o alergia al polen, es una enfermedad caracterizada por síntomas que afectan a los ojos, nariz y pulmones. Se presenta, normalmente, durante las estaciones de primavera y verano. En el Área Sur de la provincia de Sevilla, la prevalencia se corresponde con el 20% de la población. Así, anualmente 5.000 pacientes son atendidos por la Unidad de Alergología situada en El Tomillar.
Al respecto del cambiante comportamiento de los pólenes, en cuanto a periodicidad e intensidad, este experto llama la atención sobre un «mayor impacto» entre los pacientes. Se está produciendo una «mayor prolongación» de la sintomatología y una «mayor intensidad» de su manifestación en algunos casos. Por ello, la Junta ha aconsejado extremar las medidas de evitación y realizar todo el tratamiento prescrito en cada caso.