Las ventas de arroz en la provincia de Sevilla han ido en esta campaña «mucho mejor que otros años», incluso «un 40% por encima de la venta del año pasado en arroz largo y algo más en arroz redondo, en el que España es su principal consumidor».
Así lo ha confirmado el presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Mauricio Soler, que ha destacado que, no obstante, esos precios no llegan a paliar las pérdidas, teniendo en cuenta que solo se pudo sembrar el 30% del total por falta de agua, el bajo rendimiento y los altos costes.
«La urea la hemos comprado al triple del precio del año pasado», ha detallado Soler, que ha insistido en que también ha subido el coste energético, con facturas de la luz «del doble» y el precio del combustible en incremento.
Ante esta situación, los agricultores miran al cielo esperando lluvias. «Esperamos que se llenen los pantanos y se puede solucionar en parte el problema al poder sembrar más tierras».
La cosecha del arroz ha sido complicada. Las previsiones eran pesimistas y las cifras reales fueron «desastrosas» en algunas zonas. En concreto, en el margen derecho los rendimientos no pasaron de de 4.000 kilos por hectárea, «menos de la mitad de lo que se suele cosechar», y en la margen izquierda alrededor de 8.000 kilos por hectárea.
Además, solo se sembró un 30% de las 27.000 hectáreas disponibles, y, por tanto, «no ha sido un buen año» tanto por «las malas condiciones del río» –con una alta salinidad y con apenas caudal ecológico– como por las altas temperaturas del mes de julio.