La Guardia Civil, dentro del marco de la operación ‘Pataverde’, ha procedido a la detención de quince personas y ha desarticulado un grupo criminal afincando en la provincia de Sevilla dedicado al tráfico de hachís y marihuana. Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de mayo, tras tener conocimiento de la existencia de una organización dedicada a la venta de droga en diferentes localidades, haciéndose pasar por asociaciones cannábicas.
La organización disponía de tres asociaciones cannábicas, las cuales se abastecían de plantaciones indoor instaladas en varios domicilios, haciendo un uso fraudulento de la red eléctrica para el mantenimiento, sobrepasando la cifra defraudada en más de 50.000 euros. La organización se servía de estas supuestas estructuras de «ámbito privado» para simular la verdadera actividad delictiva que desarrollaba esta red de distribución de drogas, observándose en el transcurso de la investigación cómo las transacciones de sustancias estupefacientes «cada vez eran de mayor magnitud».
Los puntos de ventas de drogas eran cada vez «más frecuentados» por jóvenes de corta edad, a los cuales no se le exigía ningún tipo de premisa para adquirir sustancias estupefacientes. En este operativo se han realizado doce registros en domicilios y locales públicos de la comarca del Aljarafe, concretamente en localidades de Espartinas, Olivares, Tomares, Castilleja de Guzmán, Coria del Río y Sevilla capital, procediéndose a la detención de quince individuos, según la información remitida por el Instituto Armado en una nota de prensa.
Se han incautado un total 25 kilos de cogollos y 2.000 plantas de Marihuana, 10,5 kilos de Hachís, vehículos, dispositivos de envasado, pesaje y manipulación de droga, armas simuladas y 75.000 euros en efectivo, procediéndose igualmente al bloqueo de más de 170.000 euros de distintas cuentas bancarias procedente del narcotráfico. El juzgado ha decretado el ingreso en prisión preventiva de los cinco principales dinamizadores de esta red de distribución de drogas.
La organización, «perfectamente estructurada y jerarquizada», obtenía «grandes beneficios» realizando venta de hachís y marihuana no sólo a los consumidores finales, sino también a distribuidores intermedios, llegando sus ramificaciones a las provincias de Sevilla, Granada, Huelva y al país vecino Portugal.
Durante el desarrollo de la investigación, los agentes descubrieron que la red disponía para el transporte de droga de distintas medidas de seguridad para evitar su localización, llegando a utilizar hasta tres vehículos lanzaderas para el aviso de controles policiales y métodos de ocultación como maletas y dobles fondos, no descartándose la utilización de placas y carnet de agentes de Policía Nacional y Policía Local de Sevilla.