La Audiencia de Sevilla ha condenado a siete años de cárcel a un varón por delitos de lesiones y de detención ilegal, cometidos al cortar en el cuello a su pareja con un cuchillo. Las lesiones se produjeron una vez la fémina le manifestó su decisión de poner fin a su relación sentimental a consecuencia de los insultos que él le deparaba.
Ante la insistencia de reconciliación del hombre, ella accedió a reanudar la relación con la condición de que él se abstuviese de beber alcohol. Meses después, volvieron a sucederse los insultos y la víctima trasladó al acusado su intención de dejar la relación definitivamente. Fue en ese momento cuando el inculpado acudió al cuarto de baño y salió armado con un machete, con el que le puso el arma blanca en el cuello mientras le decía «tú me vas a dejar, pero yo me quito la vida y a ti te llevo por delante».
El acusado, según el relato de hechos probados, fue clavando lentamente el cuchillo en el cuello de su pareja, quien intento pararlo afirmando «que lo quería y que no lo iba a dejar», logrando que él retirase el cuchillo de su cuello, si bien ya había sufrido una herida que sangraba.
Ante esto, la mujer intentó coger su teléfono móvil para pedir auxilio, pero el inculpado se lo impidió y arrojó el terminal al suelo hasta destrozarlo.
Aunque la victima pidió al acusado poder salir de la vivienda, este le contestó «que eso era lo que quería, que se desangrara en vida». Minutos después sería el propio maltratador quien se realizase un corte en su muñeca izquierda.
Ante ello, la mujer habría pedido al encartado que acudiese al cuarto de baño a lavarse la herida, momento en el cual la víctima aprovechó para abandonar la vivienda y salir a la calle mientras su pareja seguía gritando «que la iba a matar». Fuera del recinto, la víctima fue auxiliada por un vecino.
Fruto de dicho relato, la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla ha condenado a José V.G. a tres años de cárcel por un delito de lesiones con la agravante de género y las atenuantes de reparación del daño e intoxicación por consumo de alcohol.
Igualmente, le impone cuatro años más de cárcel por un delito de detención ilegal con las mismas agravantes y diez años de prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con ella. Además, le impone una multa por un delito de daños y la obligación de indemnizar a su expareja con la cuantía de 15.000 euros, según la sentencia condenatoria.