El Real Betis Balompié volvió a dejar escapar puntos, en este caso dos, en un partido cuyo resultado no debería haber sido otro que la victoria si no fuera por una preocupante falta de acierto en las ocasiones de gol generadas y un error arbitral que fue clave ante la Unión Deportiva Las Palmas. UD Las Palmas 1-1 Real Betis: Sin efectividad es imposible
Como ya ocurriera ante el Mallorca, la sensación al final de los noventa minutos más el descuento es que los de Manuel Pellegrini habían merecido más, pero sobre todo que se habían perdido puntos por errores propios. Porque en esto del fútbol los ‘merecimientos’ son muy relativos. Aquí gana el que marca más goles que el otro. Después está el juego y generar ocasiones, pero de nada vale tener treinta posibilidades de cara a la portería contraria y no acertar en ninguna si el otro tiene media y hace gol. La efectividad es la clave. Y eso los verdiblancos, a día de hoy, no la tienen.
Tampoco se pueden dejar escapar los horribles primeros 20 minutos de un combinado que no pareció enterarse hasta ese minuto que se estaba jugando en casa del colista y que era una magnífica oportunidad para desquitarse de la dolorosa derrota el lunes ante el Mallorca en el último suspiro. Salieron los béticos lentos, espesos y sin tensión, lo que hizo parecer que los canarios volvían a ser ese equipo de antaño que dominaba y ni mucho menos tenía un potencial para ocupar el farolillo rojo de la clasificación. No en vano a los 9 minutos ya ganaban por 1-0 y habían tenido un mano a mano que detuvo Rui Silva.
Ese gol inicial es una jugada que El Ingeniero deberá poner en bucle a la plantilla estos días porque es inadmisible. Un centro desde la izquierda que atraviesa toda la defensa hasta llegar a un Molerio que estaba solo en el segundo palo tras la errónea marca de Ruibal.
Pasado ese desastroso primer tramo de encuentro, los verdiblancos dominaron con claridad. Gio Lo Celso y Fornals, cuando cayó en posiciones ventajosas, generaron mucho fútbol y multitud de ocasiones. De todos los colores, pero como se dice coloquialmente ‘fallaron más que una escopetilla de feria’. Tuvo que aparecer el que no ha caído en ese mantra desde que llegó ni un solo segundo. Lo Celso es otro nivel, apareción para remachar una buena jugada entre Fornals y Assane Diao, para establecer la igualada justo antes del descanso.
Y no solo es otro nivel en lo futbolístico, sino también en liderazgo. Tiene muy claro a qué ha venido a Heliópolis, y lo demostró con su gesto de apoyo tras el tanto a un Diao que, si bien no estuvo muy acertado, sí fue muy voluntarioso y estuvo en casi todas las acciones peligrosas de su equipo. El rosarino pidió a la afición el reconocimiento para el joven internacional español y ánimos para levantar su moral.
El segundo acto bajó de nivel, pero tuvo su punto álgido en un penalti no señalado sobre Jhonny Cardoso. Rodillazo en el rostro del mediocentro verdiblanco que ni el colegiado ni el VAR tuvieron a bien señalar. Difícil ver en un partido una infracción tan flagrante en el área. Pero no, no la pitaron. Incomprensible.
No pasaron muchos apuros los de Pellegrini en defensa y Bakambu, que tuvo minutos en el segundo tiempo, demostró que sí tiene ese gol que le falta al equipo, esa mordiente, pero un extraordinario disparo suyo se estrelló en el palo acabando con las ilusiones visitantes de sumar tres puntos.
Al final, tablas. Undécimo en la clasificación y, ahora más que nunca, obligados a vencer al Espanyol el domingo en el Benito Villamarín. Luego llegará el estreno oficial en la fase de grupos de la Conference League y El Gran Derbi.
